Saludo de monseñor Gustavo Oscar Zanchetta, obispo de Orán (Argentina) , a los diáconos permanentes, en la Fiesta de San Lorenzo, diacono y mártir

Diác. Eufronio Moya, Diác. Benjamín Aramayo, Diác. Hipólito López, Diác. Daniel Elvaz, Diác. Eduardo Gómez, Diác. Raúl Paz, Diác. Eduardo Bertea, Diác. Víctor Ranieri, Diác. Eduardo Saldría, Diac. Eduardo Ramorini.

Queridos hermanos:

Los saludo en esta Fiesta de San Lorenzo Mártir, donde como comunidad eclesial celebramos el día del Diácono.

Precisamente este sagrado ministerio que los configura como servidores de la Palabra y de la caridad es un don muy grande para nuestra querida diócesis que, a través mío, los abraza fraternalmente y les agradece.

El evangelio de la liturgia de hoy nos hace presente una de las enseñanzas más desafiantes de Jesús: “El que tiene apego a su vida la perderá; y el que no está apegado a su vida en este mundo, la conservará para la vida eterna. El que quiera servirme que me siga, y donde Yo esté, estará también mi servidor» (Jn 12,25).

Porque vivir sin «apegarse» es la condición para ser un buen discípulo, y para «servir» al Señor hay que animarse a seguir sus pasos… los cuales finalmente nos conducen a abrazar la cruz, a dar la vida.

Mis queridos diáconos: siéntanse siempre «llamados y elegidos» para anunciar y servir al Señor en los hermanos, especialmente en los pobres, en los enfermos y en las personas que más sufren.

Estén cerca de todos, y especialmente acompañen a nuestros curas que hacen un enorme esfuerzo para llevar adelante el pastoreo de nuestras comunidades, sobre todo porque el territorio diocesano es tan vasto cuanto exigente. Y a nuestra gente le debemos lo mejor, porque así nos ha llamado el buen Jesús: para ofrecer nuestra vida y darla plenamente para que otros encuentren la Vida que solo Él puede damos.

Recen mucho, y especialmente en la eucaristía diaria, vayan rumiando en el silencio todo lo que están viviendo en este ministerio de amor y compasión asumido el día de su ordenación.

Los abrazo como padre y hermano, y saludo también a cada una de sus familias, comprometiendo mi oración por ustedes, y sabiendo que también rezan por mí.

Que la Virgen del Carmen los cuide, que San Ramón Nonato los proteja y que San Lorenzo Mártir los inspire.

Mons. Gustavo Oscar Zanchetta, obispo de Orán

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