“Para que todos sean uno”. Miembros de una única familia humana.

Diác. Gonzalo Eguía.
Coordinador de Servir en las periferias
Bilbao, España, 1º de diciembre de 2015
“Para que todos sean uno”. Miembros de una única familia humana.
Las palabras de Jesús resuenan incesantemente en nuestro corazón.  Percibimos con contundencia la llamada a buscar la unidad entre quienes hemos recibido un mismo bautismo y una misma fe. Son muchos siglos de separación con nuestros hermanos ortodoxos y protestantes, división que se muestra ante el mundo como un auténtico escándalo.
El camino ecuménico se presenta como apremiante, como medio para cumplir el deseo de Jesús ante el Padre en la noche antes de morir: “que todos sean uno”, y como signo de autenticidad evangélica. El Directorio para el ministerio y la vida de los diáconos permanentes, citando a su vez el  Directorio para la aplicación de los Principios y Normas sobre el Ecumenismo, recuerda que “El ministerio de los diáconos, en el servicio a la comunidad de los fieles, debe «colaborar en la construcción de la unidad de los cristianos sin prejuicios y sin iniciativas inoportunas», cultivando aquellas «cualidades humanas que hacen a una persona aceptable a los demás y creíble, vigilante sobre su propio lenguaje y sobre sus propias capacidades de diálogo, para adquirir una actitud auténticamente ecuménica (n. 22)».
En su viaje apostólico a Uganda, el Papa Francisco, recordando el testimonio de los mártires ugandeses, ha vuelto a reflexionar sobre lo que él denomina “ecumenismo de la sangre”, la unidad en el martirio por Cristo de cristianos católicos y anglicanos.  Los mártires nos recuerdan que “a pesar de nuestros diferentes credos y convicciones, todos estamos llamados a buscar la verdad, a trabajar por la justicia y la reconciliación, y a respetarnos, protegernos y ayudarnos unos a otros como miembros de una única familia humana” (Entebbe, 27/11/2015).
¡Una única familia humana! Es aquí donde la llamada a la unidad entre los cristianos amplía sus horizontes para potenciar y trabajar, a su vez, por un auténtico diálogo interreligioso, de forma especial con aquellos hermanos y hermanas con quienes compartimos  tradición religiosa y la creencia en un solo Dios: judíos y musulmanes.
El drama de los atentados de París, que por desgracia se repiten cada día en tantos lugares del mundo, subraya el sinsentido de la violencia en cualquier circunstancia, pero más todavía cuando se produce en nombre de Dios. Frente a estas atrocidades,  ¡qué testimonio el del Papa Francisco!, un Papa anciano que desea, con todos los informes de seguridad internacional en contra, viajar a la República Centroafricana, para ofrecer sus palabras como mensajero de la Paz, en medio del conflicto fratricida que quiere camuflarse con heréticas justificaciones religiosas (cristianas y musulmanas). Y en esta situación, el Papa adelanta la apertura del año jubilar de la Misericordia, abriendo la puerta santa de la catedral de Bangui, denominándola “Capital espiritual de la misericordia del Padre”.
En este contexto, cuán valiosas sus palabras sobre la unidad: “Como todos saben, éste es un valor fundamental para la armonía de los pueblos. Se ha de vivir y construir teniendo en cuenta la maravillosa diversidad del mundo circundante, evitando la tentación de tener miedo de los demás, del que no nos es familiar, del que no pertenece a nuestro grupo étnico, a nuestras opciones políticas o a nuestra religión. La unidad requiere, por el contrario, crear y promover una síntesis de la riqueza que cada uno lleva consigo. La unidad en la diversidad es un desafío constante que reclama creatividad, generosidad, abnegación y respeto por los demás” (Bangui, República Centroafricana, 29/11/2015).
 
¡Qué sugerentes se muestran las fotografías de la portada de este Informativo!. El Papa Francisco entre el imán Khalid Latif y el rabino Elliot J. Cosgrove en el Encuentro Interreligioso en el Memorial de la Zona Cero (25/09/2015). Y la imagen de la fuente -monumento en la Zona Cero de Nueva York-, ante la cual el Papa, interpretando el sentido del agua de la fuente, comunicaba estas intensas palabras:   “El agua que vemos correr hacia ese centro vacío nos recuerda todas esas vidas que se fueron bajo el poder de aquellos que creen que la destrucción es la única forma de solucionar los conflictos. Es el grito silencioso de quienes sufrieron en su carne la lógica de la violencia, del odio, de la revancha. Una lógica que lo único que puede causar es dolor, sufrimiento, destrucción, lágrimas. El agua cayendo es símbolo también de nuestras lágrimas. Lágrimas por las destrucciones de ayer, que se unen a tantas destrucciones de hoy. Este es un lugar donde lloramos, lloramos el dolor que provoca sentir la impotencia frente a la injusticia, frente al fratricidio, frente a la incapacidad de solucionar nuestras diferencias dialogando. En este lugar lloramos la pérdida injusta y gratuita de inocentes por no poder encontrar soluciones en pos del bien común. Es agua que nos recuerda el llanto de ayer y el llanto de hoy.
El informativo recoge una experiencia diaconal ecuménica de los diáconos de Jundiai en Brasil, junto con la comunidad evangélica, en la atención a la capellanía de un hospital: la capellanía cristiana, una experiencia que manifiesta la caridad en la unidad.
Se aportan también una selección de las frases más significativas de las palabras pronunciadas por el Papa en su viaje apostólico a Kenia, Uganda y República Centroafricana. Además de recordar el anunciado viaje del Papa a México el próximo mes de febrero.
De Roma nos llega también la noticia de la apertura del plazo para inscribirse como peregrino en el Jubileo de la Misericordia, donde los diáconos del mundo nos reuniremos el fin de semana del 27 al 29 de mayo.
Nuestro colaborador, el diácono José Rodilla Martínez, haciéndose eco de la editorial del Informativo anterior, nos ofrece una reflexión sobre la “Sinergia de la doble sacramentalidad del diácono casado.
Incorporamos también una oración con motivo del inicio del tiempo litúrgico del adviento, con el deseo de seguir ofreciéndolo.
Se publica este Informativo en el mes en el que celebraremos la Natividad del Señor, aprovechamos este medio para desear a todos nuestros lectores y lectoras una Feliz, Santa y Solidaria Navidad, y un buen comienzo de año 2016.
En nombre del Equipo de Redacción y Coordinación, un fraternal abrazo.

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