Normativas eclesiales para un ministerio diaconal en una iglesia más evangélica, servidora y de comunión

Normativas eclesiales para un ministerio diaconal en una iglesia más evangélica, servidora y de comunión

Diác. Gonzalo Eguía
Coordinador de Servir en las periferias
Bilbao, España, 1 de Julio de 2019

«El sábado se hizo para el hombre, y no el hombre para el sábado» Mc , 27
«El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias» Ap 2, 11

Los obispos de los Estados Unidos de América -EEUU-, en su última Asamblea Plenaria del mes pasado, acaban de aprobar la revisión y actualización del «Directorio Nacional para la formación, ministerio y vida de los diáconos permanentes en Estados Unidos».

Este país fue uno de los primeros en restaurar el diaconado permanente en el año 1968, tan solo cuatro años después de su aprobación por parte del Concilio Vaticano II.

En en el año 1971 la Conferencia Episcopal aprobó una serie de directrices sobre formación y ministerio, que fueron renovadas en el año 1984.

Después de un quinquenio -1997-2003- de estudios y trabajos por parte de las diferentes comisiones de la Conferencia Episcopal, y de la Santa Sede, en junio de 2003 se aprobaba la edición del Directorio (http://www.usccb.org/_cs_upload/7922_1.pdf ) que ahora se ha revisado y que tenía una validez hasta el año 2009, pero los obispos consiguieron de la Santa Sede dos prórrogas de cinco años, con el objetivo de poder realizar una adecuada revisión.

Tras la revisión que realizará la Santa Sede, esperamos con expectativa la publicación del documento recientemente aprobado, con el objetivo de analizarlo y descubrir los cambios que los obispos han considerado necesarios realizar en este momento de la vida de aquella iglesia, y del diaconado que sirve en ella. Conclusiones que publicaremos en su momento en nuestro Informativo. Ahora nos limitamos a adjuntar las declaraciones del cardenal Joseph W. Tobín sobre el nuevo texto normativo.

Una primera conclusión que podemos sacar de este proceso es la necesidad de que todas las Conferencias Episcopales, y cada una de las diócesis que la componen, dispongan de las Normas para la formación de los diáconos permanentes -«Ratio»- , así como del Directorio para el ministerio y vida de estos ministros.

No debe haber contradicción, sino todo lo contrario, entre el desarrollo de la vida de las comunidades bajo el acompañamiento del Espíritu Santo -y en ellas los ministerios que se ejercen-, y la necesaria implementación normativa en clave evangelizadora y de comunión. En la Iglesia, la norma nunca precede su vida, sino que se produce como consecuencia de ella. De ahí que la vivencia de este ministerio, tanto en EEUU como en todo el mundo, merezca un periódico enriquecimiento y una oportuna actualización.

La Ratio y el Directorio nacional, así como los de ámbito diocesano, señalan el camino del diaconado que cada iglesia local necesita, puntualizando, matizando, concretando la legislación de la Iglesia universal, respondiendo de esta manera a la llamada del Espíritu que nos guía y asiste para poder responder a la pregunta ¿qué diaconado para qué iglesia?

Llama la atención que haya todavía Conferencias Episcopales que no dispongan de estos instrumentos, necesarios para la vida y desarrollo del ministerio diaconal, ni que decir de las iglesias locales. Las Conferencias Episcopales que aún no decidieron contar con diáconos permanentes y aquellas que carecen de normas precisas sobre este ministerio, pueden valorar e imitar esta actitud del episcopado estadounidense.

Una segunda conclusión de esta experiencia de la Iglesia en los EEUU, que cuenta con el mayor número de diáconos permanentes del mundo, tiene que ver con el camino eclesial recorrido, esta actualización es un nuevo eslabón en su larga historia diaconal.

Echando la mirada hacia atrás, de los 51 años de vida del diaconado permanente en aquel país, durante 35 años el diaconado se rigió por unas directrices provisionales, y posteriormente por un Directorio que, tras 16 años de validez, ahora se ve necesario revisar y actualizar.

El setenta por ciento del tiempo que ha transcurrido desde la restauración, la Iglesia que peregrina en EEUU acompañó el diaconado con unas sencillas directrices que orientaban los primeros pasos del diaconado en sus iglesias locales. El treinta por ciento restante, por un Directorio exhaustivo -espejo donde mirarse otras iglesias locales con similares circunstancias-, que ha respondido a las necesidades eclesiales, pastorales, espirituales… y ahora se considera necesario actualizar. Interesante recorrido eclesial que es interpelante para la Iglesia.

Por último, esta revisión de la norma sobre el diaconado en EEUU seguro que hace referencia a las prioridades que aquella iglesia asigna al ministerio diaconal, así como a las peculiaridades de este ministro en relación con la esposa del diácono y su familia, su labor profesional, su formación específica…. En una Iglesia que busca nuevos caminos ministeriales, servicios y apostolados, esta experiencia seguro que nos ayuda a ir concretando las nuevas diaconías que el Espíritu señala a la Iglesia para encomendar a sus diáconos, y responde a las posibilidades y retos que suponen su condición de hombre casado – en la mayoría de los casos-, padre de familia, trabajador en el ámbito civil, y necesitado de una adecuada formación. Espíritu del Señor que seguro subraya la vuelta al Evangelio en una Iglesia de Comunión, «El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias».

En esta misma línea, acabamos de conocer desde Roma el Instrumentum laboris de la Asamblea Especial para la Región Panamazónica del Sínodo de los Obispos, que se celebrará en Roma entre el 6 y el 27 octubre próximos. En relación con la organización de las comunidades el documento solicita «Nuevos ministerios para responder de modo más eficaz a las necesidades de los pueblos amazónicos», promoviendo «vocaciones autóctonas de varones y mujeres como respuesta a las necesidades de atención pastoral-sacramental; su contribución decisiva está en el impulso a una auténtica evangelización desde la perspectiva indígena, según sus usos y costumbres». Reconociendo el valor del celibato, solicita «para las zonas más remotas de la región, se estudie la posibilidad de la ordenación sacerdotal para personas ancianas, preferentemente indígenas, respetadas y aceptadas por su comunidad, aunque tengan ya una familia constituida y estable, con la finalidad de asegurar los Sacramentos que acompañen y sostengan la vida cristiana». Concluyendo el deseo de «identificar el tipo de ministerio oficial que puede ser conferido a la mujer, tomando en cuenta el papel central que hoy desempeñan en la Iglesia amazónica» (Número 129. Parte III, Capítulo IV: «La organización de las comunidades», «Sugerencias»).

Adjuntamos la versión simplificada del Instrumentum laboris que la REPAM acaba de publicar, con la de poder participar en un cuestionario hasta el 30 de agosto.

Entre los días 21 y 24 de junio ha tenido lugar en Brasilia, la primera reunión de la nueva presidencia de la CND. En la reunión se analizaron las propuestas de la XI Asamblea General, el calendario cuatrienal, la próxima Asamblea no electiva a realizarse en el año 2021, así como la puesta en marcha de una nueva web.

Monseñor Celestino Aós, administrador Apostólico de Santiago de Chile, en varias intervenciones últimas insiste en ver al diácono permanente como un hombre de fe, alegría, unidad y paz, propuesta sugerente ante la situación que está viviendo aquella Iglesia hermana: «En el momento de nuestra Iglesia actual, el diácono está llamado, igual que el sacerdote, a ser hombre de paz, y quien piense lo contrario está yendo en contra del Evangelio y en contra del diaconado. Hombres de paz en estos momentos en que el mundo está dividido y en que nos dividen el pecado y tantas cosas. El diácono va a tener que ser el hombre de paz en la comunidad a la que ustedes van a ir»

Siguen llegando noticias del inicio del diaconado en iglesias hermanas, en este caso en la diócesis de Sonsón-Rionegro en Colombia, con la ordenación de los cuatro primeros diáconos.

Incorporamos la cuarta entrega del libro del diácono chileno Miguel Ángel Herrera Parra «Diaconía en las parras de Chile».

Concluimos estas líneas con las palabras del Papa Francisco sobre la necesidad de discernir los signos de los tiempos: «los tiempos cambian y nosotros cristianos debemos cambiar continuamente. Debemos cambiar firmes en la fe en Jesucristo, firmes en la verdad del Evangelio, pero nuestra actitud debe moverse continuamente según los signos de los tiempos. Somos libres. Somos libres por el don de la libertad que nos ha dado Jesucristo. Pero nuestro trabajo es mirar qué sucede dentro de nosotros, discernir nuestros sentimientos, nuestros pensamientos; y qué sucede fuera de nosotros y discernir los signos de los tiempos. Con silencio, con la reflexión y con la oración” (Homilía en Santa Marta, 23/X/2015)

En nombre del Equipo Coordinador y de Redacción, un abrazo fraterno.

Gonzalo Eguía
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