Señor Jesús del pesebre,

Tú eres nuestro gran regalo,

que tu inmenso amor nos libre,

del egoísmo, cruel y malo.

Sálvanos de los escombros,

del derrumbe de las casas,

del tormento de esos hombros,

que se hundieron en barcazas.

Líbranos del hambre, en huelga,

y del silencio que  nos ata,

de la violencia que vuelca,

la convivencia y la mata.

Sálvanos de nuestras cuevas,

que atrapan, hoy, cuerpo y alma,

tu Paz valiente renueva,

dándonos tu activa calma.

Señor Jesús del pesebre,

Tú eres nuestra alegría,

que tu esperanza nos libre,

del consumismo y su vía.

Sálvanos del odio, incendio,

que calcina y asesina,

que tu Vida, sea un guiño,

cuando la muerte domina.

Sálvanos de las distancias,

y danos tu cercanía,

da tu  sencillez, con ansias,

deseamos tu armonía.

Te has declarado hombre,

has elegido ser niño,

eres pobre, entre los pobres,

tu Evangelio es el cariño.

Contigo, tenemos todo,

sin ti, no tenemos nada,

lávanos de nuestro lodo,

con tu Navidad amada.