En el cuarto aniversario de su ordenación diaconal, quisiera agradecer a todos los diáconos permanentes de la Diócesis de Arecibo por el servicio que brindan a la Iglesia.
“El Orden sagrado confiere al diácono, mediante los dones específicos sacramentales, una especial participación a la consagración y a la misión de Aquel, que se ha hecho siervo del Padre en la redención del hombre y lo mete, en modo nuevo y específico, en el misterio de Cristo, de la Iglesia y de la salvación de todos los hombres”[1].
Que Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, patrona de nuestra diócesis, acoja su labor y la lleve con alegría a los brazos de su Hijo, para que sea Él quien convierta todos sus esfuerzos en frutos abundantes de salvación.
Con mi bendición y felicitación,
+ Daniel Fernández Torres
Obispo de Arecibo
[1] Congregación para la Educación Católica, Congregación para el Clero; Declaración Conjunta. “Normas Básicas de la Formación de los Diáconos Permanentes” (1998).
Fuente: http://www.diocesisdearecibo.org/?id=home