Mensaje de los participantes del III Encuentro Regional CAMEXCA de Diaconado Permanente

Jesucristo nos ha dicho, “Yo estoy en medio de ustedes como el que sirve” (Lc. 22, 27).

Así, pues, reunidos en San José de Costa Rica, Delegados de varios países de la región de México, Centroamérica y El Caribe hemos reflexionado sobre diversos aspectos históricos, teológicos, pastorales y vivenciales del Diaconado Permanente, iluminados por el Concilio Vaticano II y el Documento de Aparecida.

Nos dirigimos a las diversas instancias de la Iglesia presente en América Latina, con la intención de ofrecer algunas sugerencias e iluminaciones que nos hagan mirar el futuro con esperanza y ánimo de llevar a cabo el proyecto de Nueva Evangelización y los postulados de Aparecida que llama a los diáconos discípulos misioneros de Jesús Servidor.

Desde esta perspectiva, humilde y comunitariamente les presentamos lo siguiente:

AL CELAM:

Continuar animando la reflexión sobre el valor del Diaconado Permanente, ofreciendo pautas para su posible implementación en aquellas diócesis en las cuales no existe este ministerio.

AL DEVYM:

Facilitar la recuperación, el estudio y la divulgación de las conclusiones del II Congreso Latinoamericano, realizado en Itaicí, Indaiatuba, San Pablo, Brasil, en mayo del 2011; y proponer estrategias sobre la puesta en práctica de dichas conclusiones y las de otros encuentros.

Programar periódicamente encuentros regionales y latinoamericanos sobre el Diaconado Permanente con ejes temáticos definidos.

A LAS CONFERENCIAS EPISCOPALES:

Establecer medios que faciliten la reflexión e implementación del diaconado permanente.

Incluir en todos los proyectos de promoción vocacional el Diaconado Permanente como una opción de vida y parte de la ministerialidad de la Iglesia.

Incluir en los programas de formación de los seminarios el estudio, conocimiento y aprecio del Diaconado Permanente para sensibilizar a los seminaristas sobre el ejercicio de este ministerio.

Solicitar a la Santa Sede la autorización para formar y ordenar Diáconos Permanentes y promover el surgimiento de vocaciones al diaconado en las diócesis de la respectiva Provincia Eclesiástica.

A LOS OBISPOS:

Hacer visible en todas las instancias de la Iglesia la necesidad de conversión respecto a este ministerio.

Desarrollar, promover y fortalecer la comunión entre presbíteros y diáconos para un mejor servicio pastoral.

Estimular y acompañar la formación, ordenación y testimonio de los diáconos permanentes.

Difundir en el clero y en el Pueblo de Dios la importancia del diaconado permanente no sólo por la función, sino, para que los tres grados del sacramento del Orden estén presentes en cada Iglesia Particular.

Facilitar encuentros entre seminaristas y candidatos al diaconado y Diáconos Permanentes

A LOS PRESBÍTEROS:

Aprovechar los diferentes espacios de formación del presbiterio para reflexionar sobre la ministerialidad de la Iglesia y, en especial, sobre la identidad y la praxis del diaconado permanente.

Sensibilizar la comunidad de fieles sobre el significado del ministerio diaconal como parte del Orden Sagrado y promover las vocaciones al Diaconado Permanente.

Apoyar los procesos de discernimiento y formación para el diaconado permanente.

A LOS DIÁCONOS:

Ser testigos y animadores desde la autenticidad y coherencia entre fe y vida, mediante la oración y la comunión.

Promover la reflexión y vocación al diaconado permanente desde su propia identidad y “carácter” que imprime el sacramento.

Ser discípulos misioneros encarnando en nuestras vidas a Cristo Servidor.

A LOS LAICOS:

Orar y abrir confiadamente el corazón a la acción del Espíritu Santo que escucha el clamor y necesidades del pueblo y envía los dispensadores de su Gracia, llamando también a algunos hombres para que sean sus servidores desde la vida matrimonial y del diaconado permanente.

EN CONCLUSIÓN:

El diácono, tanto el célibe como el casado, está llamado a hacer presente en medio de la comunidad al único Señor que se ha convertido en el Servidor de todos.

Finalmente, agradecemos a todos aquellos que han apoyado los procesos del diaconado permanente y han contribuido a la organización y realización de este Tercer Encuentro Regional. De manera especial a las esposas y familiares de los diáconos y aspirantes al diaconado.

La Virgen María, Sierva de Dios y Madre de los Diáconos, nos acompañe en este caminar e interceda por todos ante su Hijo Jesucristo, Nuestro Señor.

Dado en San José de Costa Rica, a los 23 días del mes de mayo, del año del Señor 2014.

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