Mons. Ricardo Ezzati Andrello, S.D.B.
Diác. Lyonel Laulié, MDI
Especial para el Informativo del CIDAL
Santiago, Chile, 15 de diciembre de 2010
Mis queridos hermanos;
Es increíble; todo aquello que estudiamos en la Escuela, lo del Sensus Fidelium se da acá plenamente. La Santa Madre Iglesia, por Pedro, ha escuchado el clamor del pueblo que, como antiguo, promovía a sus pastores. Todos queríamos a don Ricardo. Todos los anhelábamos. Era un deseo contenido, sujetados por las bridas de la certeza de la Santa Providencia de Dios, que escribe derecho con líneas torcidas. Acá las líneas son claras: el Espíritu puso el deseo en todos nosotros y don Ricardo es el pastor querido y, de seguro, el pastor que hoy nuestra Iglesia en Santiago necesita, para animar nuestra esperanza, confirmar nuestra fe y urgirnos al amor. La infinidad de correos compartidos hoy expresando sus alegrías, las notas que se ven en Facebook e Internet (en general), son manifestación notable de todo esto.
A nosotros nos toca con especial sensibilidad este nombramiento, puesto que vuelve aquél que ha dado a nuestra Escuela tan bello impulso, ha explicitado con notable agudeza y sensibilidad pastoral los desafíos para el diaconado de hoy, para animar la iglesia de discípulos y misioneros, y seguramente para acentuar su espiritualidad diaconal y urgirnos a redoblar esta opción preferencial, especialmente con los más pobres y con quienes más lo necesitan, puesto que él mismo ha dado muestra de esta especial solicitud, configurándose, ya antes, mucho más ahora, como el primero entre los llamados a ser Ícono Vivo y vivificante de la Misericordia del Señor entre nosotros.
Alabado sea el Señor, porque nos regala este gran Pastor. VEN SEÑOR, JESÚS.