La Diócesis de León (España) celebró la VIII Jornada del Diaconado Permanente

La Diócesis de León (España) celebró la VIII Jornada del Diaconado Permanente para remarcar la importancia de este ministerio y hacer una llamada a nuevas vocaciones

  La Diócesis de León  (España) celebró el pasado domingo día 24, V Domingo de Pascua, la VIII Jornada Diocesana del Diaconado Permanente  

La Diócesis de León celebró  el domingo día 24, V Domingo de Pascua, la VIII Jornada Diocesana del Diaconado Permanente bajo el lema “Servir con misericordia”. El objetivo de esta Jornada es dar a conocer la figura del diácono permanente como un grado propio del Ministerio ordenado, que configura a quien lo recibe como servidor de la comunidad cristiana, habilitado para llevar adelante tareas pastorales que el obispo le encomiende, en comunión con él y con los presbíteros y consagrados, y en estrecha conexión con los seglares comprometidos en la Iglesia. La vocación al diaconado permanente permite a cristianos varones, solteros a partir de los 25 años, o casados a partir de los 35 años y con cinco años de matrimonio que sientan la llamada de Dios, iniciar un periodo de discernimiento tras la presentación como candidato por parte de su párroco al obispo. Superado favorablemente este tiempo de reflexión, el candidato al diaconado podrá ser admitido a los ministerios e iniciará un tiempo de formación en estudios superiores eclesiásticos de tres cursos, que concluirá con un periodo de práctica pastoral antes de culminar con la ordenación diaconal.

La Jornada sirvió también para señalar la importancia de este ministerio y hacer una llamada a nuevas  vocaciones.

El vicario general, Florentino Alonso, en la carta que  remitió  a todos los párrocos en nombre de la Comisión para el Diaconado Permanente, recordó que «esta jornada tiene el objetivo de sensibilizar sobre la importancia y el valor del ministerio del diaconado de la Iglesia». En esta misiva el vicario general subraya también que esta VIII Jornada del Diaconado «sirve para dar a conocer el camino que llevan a cabo los candidatos que actualmente se forman para ser un día diáconos permanentes al servicio de nuestra Diócesis y para hacer la propuesta, en clave vocacional, a otras personas que puedan recibir la llamada del Señor a este servicio».

 MISIÓN DEL DIÁCONO

El diácono ordenado asume las misiones que la Iglesia le encomienda. Así, al servicio de la Palabra de Dios anima la catequesis; promueve y sostiene actividades apostólicas con laicos, particularmente en el ámbito familiar; y preside la celebración de la Palabra. Al servicio de la Eucaristía y de los sacramentos el diácono asiste, durante las celebraciones litúrgicas, al obispo y al presbítero; preside las celebraciones del bautismo, matrimonio, exequias, Liturgia de las Horas, exposición eucarística…; distribuye la Eucaristía, en la misa o fuera de ella, y lleva la comunión a los enfermos y el viático a los moribundos. Y al servicio de la caridad y de la comunidad eclesial el diácono anima el servicio caritativo, preocupándose por los más pobres y marginados; atiende la pastoral de enfermos, ancianos y todo tipo de obras asistenciales; y sirve a la comunión junto al Obispo, a los presbíteros y a los laicos y consagrados.

PLAN DIOCESANO DE FORMACIÓN DEL DIACONADO PERMANENTE

En la actualidad la Diócesis de León cuenta con cuatro diáconos permanentes, el último ordenado este pasado mes de enero, y tiene en marcha un Plan diocesano de Formación del Diaconado Permanente, al que ya se han incorporado tres candidatos que actualmente se encuentran cursando alguno de los cinco años establecidos para este itinerario formativo. Según el obispo Julián López, en la Diócesis de León es preciso “contar con más diáconos permanentes, sobre todo porque debemos responder a los designios del Señor que suscita vocaciones y disponibilidad para muchas otras tareas pastorales que deben ser ejercidas de manera estable y con lo que significa la experiencia de los seglares en aspectos como el matrimonio, la familia, o el trabajo profesional”. En este sentido, el prelado legionense subraya que “disponer del diaconado permanente y de otros ministerios y funciones eclesiales, a alguna de las cuales están accediendo ya las mujeres, como las celebraciones dominicales en ausencia de sacerdote, la distribución de la sagrada comunión, la dirección de Cáritas y de otras obras eclesiales, la responsabilidad de la catequesis, etc, constituye una riqueza que es preciso dar a conocer a la sociedad y valorar debidamente en orden a una Iglesia más viva y dinámica por la comunión y la participación de todos”

El Diaconado Permanente fue reinstaurado por decisión del Concilio Vaticano II como un grado propio del Ministerio ordenado que pueden recibir hombres casados para ponerse al servicio de la Iglesia y cumplir la misión al servicio de la Palabra de Dios, de los sacramentos y de la caridad.

En el año 1997, por iniciativa del entonces obispo Antonio Vilaplana, en la Diócesis de León se recuperó la figura del diácono  permanente y ese mismo año recibió la ordenación diaconal el primer diácono de la Diócesis.

En el año 2010, por empeño del obispo Julián López, la Diócesis decidió impulsar este Ministerio ordenado con la puesta en marcha del Plan Básico de Formación para el Diaconado Permanente, con un periodo de estudios de cinco años para la formación humana, espiritual y teológica y para la práctica pastoral.

 

Fuente: http://www.diocesisdeleon.org/

 

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