Diác. Miguel Ángel Ortiz Corrales.
A las 4:00 de la tarde, hora de Cuba, arribó a la terminal aérea de La Habana el Santo Padre Francisco, esta vez el Vicario de Cristo viene a la Isla como misionero de la misericordia, desde varios días antes de su llegada los medios de comunicación transmitieron en diferentes horarios un video mensaje del Papa para todos los cubanos en el cual  dejaba saber de su deseo de estar entre nosotros, anunciaba el amor incondicional de Nuestro Señor Jesucristo para con todos creyentes y no creyentes, incluso para aquellos que no actuaban conforme al querer de Dios, invitaba al pueblo a repetir y el mismo repitió  la oración antigua y conocida:  Sagrado corazón de Jesús haz mi corazón semejante al tuyo; y con palabras muy sencillas anunciaba el Kerygma y explicaba con palabras muy sencillas qué es la misericordia de Dios.
Aguardaban su llegada al aeropuerto  las Autoridades del Gobierno, los Obispos de Cuba y un nutrido grupo de jóvenes que a una voz exclamaban: esta es la juventud del Papa, esta es la juventud de Cristo.
Después de recibir los honores propios de Jefe de Estado y de escuchar el discurso de bienvenida del Presidente de la nación, el Santo Padre tomó la palabra, agradeció el recibimiento, y  en una breve panorámica en la que recordó las anteriores visitas de San Juan Pablo II y de Benedicto XVI regaló a los presentes una síntesis de lo que será su visita. El Papa en sus palabras   recordó también entre otras cosas la misión de la Iglesia de acompañar al pueblo, con todos los medios necesarios, incluyendo  a aquellos que se encuentran en las fronteras existenciales, destacó la vivencia visible de la Virgen de La Caridad,  en el alma del cubano declarando que su viaje al Cobre, lugar del Santuario Nacional, lo realizaría como peregrino e hijo de la Virgen y pedirá que los cubanos podamos transitar por los caminos de la justicia, libertad, paz y reconciliación.
Señaló también que Cuba es un archipiélago que mira hacia todos los caminos lo que, precisamente por su situación geográfica, le hace tener una vocación de punto de encuentro. Después de hacer memoria de las palabras memorables de San Juan Pablo II: Que el mundo se abra a Cuba y Cuba se abra al mundo con sus magníficas potencialidades, abordó el tema de las relaciones Cuba- Estado Unidos, las que definió como un proceso fruto del triunfo de la cultura del encuentro.  El Santo Padre sentenció: El mundo necesita reconciliación en esta atmosfera de tercera guerra mundial por etapa.
Finalmente encomendó su visita a la Virgen y a los Beatos  Hno. José Olallo y Diácono José López Piteira, también al venerable P. Félix Varela hombre de reconciliación y amor a todos. El Papa finalmente recorrió 18 Km del aeropuerto a la Nunciatura Apostólica a lo largo de todo el trayecto salió a su encuentro  una inmensa cantidad de pueblo que a su paso agitaban banderas de Cuba y el Vaticano en señal de saludo.