Entrevista al diácono de Sant Feliu, España, Delegado Diocesano del diaconado permanente

Diácono de Sant Feliu, España, Delegado Diocesano del diaconado permanente.

Josep M. Gómez es diácono permanente, ordenado en Barcelona por Pere Tena i Garriga, Obispo Auxiliar de Barcelona, el 1 de noviembre de 1996. Es el Delegado Diocesano del diaconado permanente de la diócesis de Sant Feliu de Llobregat, nombrado por su obispo, Agustí Cortés. En España, es el primer Delegado Diocesano del diaconado que es un diácono permanente.
Ofrecemos a continuación una entrevista a Josep M. Gómez

Haga un breve retrato del diaconado permanente en su diócesis (número de diáconos, de candidatos, misiones que se les ha encomendado, promedio de edad…)
La Diócesis de Sant Feliu de Llobregat, surge en el año 2004, como consecuencia de la división de la Archidiócesis de Barcelona, en tres diócesis, Barcelona, como sede metropolitana, Terrassa i Sant Feliu de Llobregat, formándose así la Província eclesiástica de Barcelona. Por tanto, la de Sant Feliu de Llobregat es una diócesis joven, con doce años de vida propia, que incorporó a los once diáconos permanentes de su demarcación.
Actualmente, (junio de 2016), la Comunidad diaconal diocesana está constituida por 19 diáconos. Del total mencionado de diáconos:
– 17 están casados.
– 2 son viudos.
– 4 superan la edad de jubilación eclesiástica.
– 8 están jubilados laboralmente (incluidos los anteriores)
Todos los diáconos de la diócesis tienen misión pastoral en una parroquia, como mínimo. De ellos, 4 la tienen confiada, ejerciendo como Encargados de la actividad pastoral.
Además 5 diáconos tienen responsabilidades en la Curia diocesana, 4 de ellos como Delegados diocesanos.
Los hay destinados en la Pastoral obrera, Tribunal eclesiástico, Pastoral de la salud, Pastoral penitenciaria, en tanatorios, Caritas, proyectos de ayuda contra la drogadicción y promoción social.…
El total de los clérigos diocesanos es de 106 presbíteros y 19 diáconos, representando estos últimos el 15’2% del total.
La edad media de los 19 diáconos es de 65,5 años.

¿Cuándo fue nombrado Delegado Diocesano del diaconado permanente en su diócesis?
El 17 de enero de 2014, nuestro obispo diocesano publicó dos decretos. El primero establecía la nueva Delegació Diocesana per al Diaconat Permanent, y el Reglamento para el funcionamiento de la nueva Delegación. En el segundo decreto me nombró como Delegado.

¿Qué supuso para usted ser escogido para ocupar este cargo?
Tuve una primera sensación de ida y vuelta que se movía entre la indignidad i la voluntad de servir a la Iglesia. Lo acepté como un auténtico compromiso de responsabilidad, por la confianza que me otorgó nuestro Obispo y como un servicio, tanto hacia todos los compañeros diáconos como a sus esposas.
Además entendía esa nueva situación como una buena oportunidad para ayudar a asentar el diaconado en la vida diocesana, dándole estabilidad, consolidando su espacio natural y la oportunidad de que fuera más conocido tanto por los presbíteros, como por los laicos.

¿En qué consisten las funciones que desempeña?
La Delegación Diocesana para el Diaconado pretende ofrecer una ayuda eficaz en los distintos aspectos que atañen al ministerio de los diáconos y a la vida diaconal. Por ello señalaría como cuatro ámbitos donde ejerzo mi tarea:
1. Ámbito eclesial/diocesano.
– Fortalecer la comunión eclesial de la comunidad diaconal diocesana, con el obispo, los presbíteros y entre los mismos diáconos, ya que todos participamos del Sacramento del Orden sacerdotal, en los grados que nos son propios.
– Establecer puentes de comunicación entre el Obispo y los diáconos, en ambos sentidos.
– Normalizar el diaconado en la vida diocesana, arciprestal, parroquial, y en pequeñas comunidades.
– Fortalecer la diocesanidad en los diáconos, evitando aislamientos.

2. Ámbito ministerial.
– La ayuda en la tarea ministerial de cada diácono, tanto desde el punto de vista pastoral, como del cuidado en la compatibilidad entre la actividad pastoral y los ámbitos, familiar i laboral.
– La formación continuada de los diáconos.
– El acompañamiento personal y los retiros espirituales.
– Asistir al Obispo en los turnos de celebraciones litúrgicas.

3. Ámbito familiar.
– Fortalecer la amistad entre diáconos y también esposas, así como el intercambio de experiencias, tanto a nivel diocesano como interdiocesano.
– Atención a las esposas. Atender las inquietudes y las aportaciones que planteen en beneficio de la vida diaconal.

4. Ámbito vocacional y divulgativo.
– Colaborar en la promoción vocacional del diaconado.
– Colaborar en el acompañamiento de los aspirantes y candidatos en el proceso formativo hacia el diaconado.
Para realizar estas tareas tengo la ayuda de tres diáconos que, conmigo, formamos la llamada Comisión permanente, con la voluntad de hacer trabajo en equipo, el Secretario, el Vocal de vocaciones y el Vocal representante en el CPD.
La dinámica general de la Delegación se establece de manera periódica, mediante la publicación de la programación anual y, a su vez, esta programación se alimenta, en parte, con la valoración de las actividades recogidas en la memoria del año anterior, de las nuevas aportaciones y también, en parte, de los eventos fijos. Ocurre que, durante el curso, nos encontramos con alguna situación, no programada, a la cual tratamos de dar siempre la respuesta más adecuada.
De este modo, una vez realizada la programación, mi tarea pasa por cuidar la ejecución y la vigilancia de los eventos, ayudado por los diáconos de la Comisión permanente.

Tras dos años de esta experiencia, ¿está satisfecho de su labor? ¿se han cumplido las expectativas que tenía?
Si, aunque cuando examino la evolución de la Delegación siempre veo que hay muchos aspectos que necesitamos mejorar, de manera especial en determinadas situaciones personales que afectan a los diáconos.
El funcionamiento del Colegio diaconal, reconocido formalmente, formado por el Obispo con todos los diáconos, donde el obispo consulta y escucha todas las opiniones en relación con los temas diocesanos de interés y con los temas que afectan a los diáconos.
A la formación continuada, de acuerdo con nuestro Obispo, le hemos podido dar un giro importante. El programa anual prevé acciones en los tres ejes: Liturgia, Palabra y Caridad. Para superar la exigencia presencial en el caso del eje de la Palabra, hemos aplicado el método de formación “on line”, de modo que cada diácono puede pautarse el ritmo para la realización del curso, des del equipo informático en su domicilio. Cada año se va produciendo una mejor adaptación y participación. El resultado es muy satisfactorio y merece la pena el esfuerzo realizado.
De acuerdo con nuestro Obispo, las jornadas de retiro espiritual específicas para los diáconos y, si les es posible, para las esposas, se programan aprovechando las que organiza la Associació Sant Llorenç, para la promoción del diaconado, dirigidos por alguno de los obispos de las diócesis catalanas o por algún teólogo de reconocido prestigio. Ahí necesitamos un mayor compromiso de los diáconos, priorizando estos actos en sus agendas.

De sus múltiples actividades en relación a esta responsabilidad, ¿cuál le resulta más atractiva o gratificante?
Todo es atractivo y gratificante. Ni que decir la importancia que tiene el hecho de cada nueva ordenación, con la oportunidad de conocer más y mejor al nuevo diácono y a su familia.
Los llamados encuentros de proximidad, de los que cada año se realizan dos, convocándose a los diáconos y esposas, así como eventualmente a los arciprestes i vicarios episcopales, que configuran un espacio de amistad donde, después de la oración de Vísperas, cenamos juntos compartiendo las novedades diocesanas y del diaconado, así como el intercambio de experiencias que, libremente, exponen los presentes.
Me permito incidir en los encuentros que realizamos con el Obispo, las esposas y yo mismo, donde resalta el nivel de compromiso y la superación de dificultades, por parte de las esposas. Una ocasión de oro para atender a las colaboradoras inmediatas de los diáconos, muchas veces olvidadas.

– ¿Podría expresar un deseo o un sueño en relación a este ministerio? / – ¿Qué proyectos tiene en relación al cumplimiento de su misión ministerial?
En un momento tan disperso como en el que vivimos, vale la pena atender al Espíritu que, él sabrá, nos ha dado y nos da muchas y buenas vocaciones al diaconado. Que la promoción del diaconado no se vea con rivalidad en un momento bajo en las vocaciones presbiterales, sino como una oportunidad para acoger a nuevos servidores para acompañar al Pueblo de Dios, en la Liturgia, la Palabra y la Caridad, sin menoscabo de que suscite nuevas vocaciones al presbiterado.
Que se ahonde en la teología del diaconado, de manera especial para determinar el papel del diácono, en una Iglesia que, como cita el Papa Francisco, va por el camino de ser más diaconal, teniendo, además, muy en cuenta las diversas realidades del trabajo pastoral que realizan los diáconos.
Que, tal como ya lo ha iniciado el Papa Francisco con la Comisión que analiza la posibilidad de ordenar mujeres en el ministerio diaconal, se llegue a una conclusión plausible y comprensible.
Dando otro paso, que se estudie con un buen análisis la posibilidad de que puedan aceptarse mujeres al orden presbiteral i episcopal.
Así mismo, que se estudie la posibilidad de que el celibato pudiera tener carácter voluntario para todos los clérigos.
El diaconado permanente está demostrando la viabilidad de que un ministro ordenado pueda estar casado, sin que ello repercuta en la buena actividad de su ministerio ni de su vida matrimonial. Es más, el matrimonio aporta a los diáconos un enriquecimiento que los ministros célibes no tienen.
Finalmente sueño con una Iglesia más evangélica, encarnada en la sociedad i muy especialmente con las personas más desfavorecidas, por cualquier causa. Una Iglesia tremendamente comprometida i dispuesta a trabajar por el Reino de Dios.

– Muchas gracias

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