En el seminario de estudio “Hacia el Sínodo Especial para la Amazonia: dimensión regional y universal" se habla del diaconado permanente

En el marco del seminario de estudio “Hacia el Sínodo Especial para la Amazonia: dimensión regional y universal», que se realiza en la ciudad de Roma del 25 al 27 de febrero, el P. Felipe Ali Modad Aguilar, s.j., coordinador de la Comisión Diocesana para el Diaconado Permanente, de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas relata el proceso que siguieron los jesuitas, acompañados con la guía pastoral de Don Samuel Ruíz, obispo diocesano en la atención pastoral a la comunidad Tzeltal. Escuchemos las palabras del P. Felipe

La misión jesuita de Bachajón

La misión jesuita de Bachajón, 1958, surgió como una respuesta a esa marginación. En la actualidad es un equipo formado por jesuitas, Hermanas del Divino Pastor, laicos y laicas, indígenas y mestizos tzeltales. El objetivo de su labor es lograr la autonomía indígena, compromiso eclesial, desarrollo integral sustentable, interculturalidad y fortalecimiento institucional.

Mons. Samuel Ruiz fue designado Obispo de Chiapas en 1959. Aprendió varias lenguas indígenas, así como impulsó la traducción de la Biblia a las lenguas originarias y la de muchos documentos relacionados con la evangelización. Animó a organizaciones que defendían los derechos humanos, particularmente de los indígenas, así como a las que trabajaban en temas de salud y educación. Fue un gran comunicador y siempre cercano a la realidad humana y espiritual de su diócesis. Hasta el final de sus días, siguió sirviendo a los indígenas y la causa de los pobres. Su lema episcopal fue: “Edificar y plantar”.

Un trabajo de evangelización inculturada respeta la lengua hablada por la comunidad, sus valores y tradiciones. La sabiduría de este pueblo se convierte en un elemento que profundiza la manera en que se vive la fe en Jesucristo y de esa experiencia aprendemos todos.

Diaconado Permanente. Compromsio de los laicos

El P. Felipe narra en qué consiste el diaconado permanente y las implicaciones que este compromiso para la comunidad local y para la iglesia diocesana.

Una fe enraizada en la vida

No se puede entender el aporte de esta experiencia si no comprendemos la profunda espiritualidad tzeltal: la relación con la tierra, con el agua, con las personas, con los muertos. Un universo en el que hay que profundizar, y esto solo es posible si nos acercamos de manera atenta, pausada, escuchando y dejando hablar a toda la realidad.

Fuente: https://www.vaticannews.va

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