El diácono y su diaconía: Servir,servir,servir al ejemplo de Jesús

Por: Comité de Comunicaciones Escuela del diaconado permanente Pablo VI
Arquidiócesis de Cali
Esta es la consigna, no solo del diácono como servidor de Cristo, sino de todos aquellos que permitimos que sea él quien guie nuestras vidas.
Mateo 20, 25-28; Pero Jesús los llamo y les dijo: «Saben que entre los paganos». El evangelio es claro, hay que servir a Dios en la entrega generosa a los demás, especialmente a los más necesitados, (viudas, enfermos, lisiados, pobres).
Y, a imitación de Cristo, como de nuestro patrono, San Lorenzo, diácono y mártir, dar la vida, quizá suena como a frase “trillada”, y puede ser así, la diferencia la colocamos cada uno de nosotros en la medida en que no solo creamos en Dios, sino que le creamos a Dios, su acción poderosa en la vida y a favor de todos los hombres y mujeres del mundo. iSí!, son muchas las palabras, frases y hasta oraciones que decimos muchos de nosotros dirigidas a Dios, a nuestro Señor Jesucristo, al Espíritu Santo, a nuestra santísima Madre, la Virgen María, son tantas las novenas que realizamos, o muchos los milagros que escuchamos que se han hecho aquí, ó, allá , pero, ¿realmente todo esto, todas estas acciones nos han ayudado a vivir verdaderamente la experiencia del resucitado en nuestra propia vida como creyentes, en cualquier llamado que hallamos tenido, como por ejemplo: catequista, delegado de la palabra, acogida, o en cualquier grupo, que según su carisma anuncie la Nueva Buena de Dios?
Realmente hoy día se ve que hace falta más presencia de un verdadero testimonio de vida, pero no de “unos pocos», de toda la iglesia, de todo bautizado, de todo creyente, que en vez de querer figurar en prestigio o en honores, desee al igual que muchos de nuestros santos mártires, dar la vida por el Evangelio de Cristo. Y es verdad, en ultimas ser testigos de Dios es dar la vida: Jesús dijo a sus discípulos: “el que quiera seguirme que se niegue a si mismo, cargue con su cruz y me siga. El que quiera salvar su vida la perderá: pero quien pierda la vida por mi causa la conservara”. (Mt 16, 24-25). ¿Acaso nuestro Señor Jesucristo no dio la vida por nuestra salvación? ¿Qué se guardo El para sí mismo? ¿Por qué nos cuesta, a una gran mayoría de católicos bautizados, vivir con plenitud la experiencia del Reino de Dios que nuestro Señor nos enseñó y que aún nos sigue invitando? ¿Será que no creemos del todo en esta gran experiencia de Dios? Y, es que todo esta en las escrituras, todo el rumbo de vida que debemos seguir, todo un proyecto para hacerla realidad en nuestras vidas. Acudamos a ella. Junto con las enseñanzas de nuestro magisterio de la iglesia y la tradición, para que desde allí podamos obtener muchas mas herramientas que nos ayudaran a; Conocer mejor nuestra Iglesia y todo lo que a ella se refiere, orientar mejor nuestra propia vida; orientar nuestro trabajo pastoral, reconocer que como seguidores del Señor, tendremos la misma experiencia de la muerte, pero que como él, estamos invitados también a; “pasar por la vida haciendo el bien”.
Que a imitación de la vida de Cristo, como la de nuestro patrono, San Lorenzo diácono y mártir, podamos continuar nuestra experiencia de fe, fortaleciéndola cada día mas con sus ejemplos, sus virtudes y fortaleza, para que cada estudiante de nuestra escuela pueda irradiar desde el interior hacia el exterior la presencia viva y activa del Reino de Dios y que ayude a renovar en nuestras comunidades la experiencia de la fe, la esperanza y el amor, experiencia de vida nueva en su ardor, en sus métodos y en sus expresiones.
Que por la intercesión de nuestro patrono San Lorenzo Diácono y Mártir, cada estudiante junto con sus familias, el comité de formadores, el rector de nuestra escuela como nuestro arzobispo Mons. Darío de Jesús Monsalve Mejía y sus obispos auxiliares sigamos recibiendo las bendiciones de Dios en nuestras vidas y trabajo pastoral.

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