El debate de la Iglesia ortodoxa sobre las mujeres diáconos se acerca un paso más a la realidad

 

KYRIAKI Karidoyanes FitzGerald era una estudiante de teología de 18 años cuando un sacerdote en la Escuela Helénica griega ortodoxa Holy Cross en Brookline, Massachusetts, puso un libro en sus manos. Para su sorpresa, era sobre los antiguos diáconos femeninos.
«El sacerdote me dijo: «Vas a traducir estos (libros)»,» FitzGerald recordó los volúmenes de un prominente teólogo ortodoxo que estudió la historia de las mujeres ordenadas.
FitzGerald, ahora profesora en Santa Cruz, ha hecho un hueco estudiando el papel de las mujeres diáconos en particular y ha trabajado incansablemente por el derecho de las mujeres a ser ordenadas.

Esa perspectiva puede ser ahora un paso de gigante más cercano a la realidad, ya que el patriarca de Alejandría, que preside toda la Iglesia ortodoxa en África, siguió en su decisión de 2016 de reintroducir mujeres diáconos y en febrero nombró a seis monjas para ser subdiaconisas en la Iglesia.

En una simbólica ceremonia, el patriarca bendijo a las mujeres y utilizó otros símbolos religiosos para restaurar efectivamente la ordenación de mujeres en la Iglesia Ortodoxa. El movimiento sigue a años de debates en diferentes ramas de la Iglesia Ortodoxa sobre la conveniencia de restablecer las mujeres como diáconos y llega en un momento de creciente interés por el tema dentro de la Iglesia ortodoxa griega, la mayor denominación ortodoxa en Estados Unidos.

James Skedros, decano del Seminario de Holy Cross y profesor de Historia Ortodoxa, cree que ordenar mujeres diáconos (diaconisas) tendrá un impacto positivo, mostrando a la gente que “hay muchos ministerios en la Iglesia en los que las mujeres pueden y deberían participar”. “Cuando vemos que esto sucede en una mujer, aunque sea en Alejandría, es una imagen poderosa para nosotros, Ortodoxos.”

Mientras que las mujeres de varias denominaciones protestantes han logrado convertirse en ministros ordenados, sus hermanas en el cristianismo ortodoxo oriental y en la Iglesia católica seguirán presionando para dicho reconocimiento y aceptación. Mientras que la Iglesia ortodoxa dice que su teología no ha cambiado en siglos, el papel de las mujeres está ahora en proceso de cambio.

Como Directora ejecutiva de la Visión de Santa Catalina, una organización religiosa dedicada a la ordenación de mujeres, FitzGerald ha esperado este momento durante casi 40 años.
Durante décadas, ha formado equipo con otros cristianos ortodoxos para servir a la comunidad, con la esperanza de que algún día logrará reabrir la puerta a las diaconisas.

Una diaconisa es el equivalente femenino de un diácono, que asiste al sacerdote y al obispo durante los servicios religiosos. A diferencia de un sacerdote o un obispo, que preside el culto y la comunión, un diácono no puede presidir. Un sacerdote o un obispo debe bendecir a los diáconos antes de que puedan dirigir las oraciones colectivas, leer las Escrituras sagradas de la Biblia o dar la comunión.

Según Skedros, el nombramiento de África no es técnicamente una ordenación pero puede ser un paso en esa dirección.

«Es muy importante porque la Iglesia de Alejandría ha identificado ministerios particulares en su Iglesia para las mujeres», dijo Skedros. «Es un gran paso, no históricamente sino culturalmente.»
FitzGerald y otros partidarios de la ordenación de las mujeres señalan a mujeres antiguas como un precedente. Algunas llegaron a ser Santas y otras, como Febe, fueron reverenciadas como apóstoles.
«Podrían enseñar Catecismo o asistir en bautizos,» dijo Skedros refiriéndose a posibles futuras diaconisas. Sin embargo, hizo hincapié en que la Iglesia de Alejandría ha encontrado su necesidad ministerial específica para las subdiaconisas.

Otras ramas de la Iglesia ortodoxa todavía han de debatir si deberían restablecer una vieja práctica o crear una nueva, dijo Chris Kolentsas, sacerdote en la formación en la Catedral Griega ortodoxa de Santa Sofía, de Los Ángeles. Así, dijo, el debate continúa hoy entre los líderes de la Iglesia en América.
La Iglesia tendría que clarificar el motivo de reinstaurar las diaconisas antes reintroducirlas, y ese papel no tiene que ser el mismo que el de las diaconisas en Alejandría.
Marilyn Rouvelas, Presidente de los diáconos ortodoxos, un Ministerio de la ordenación de la mujer en Virginia, dijo que se necesitan desesperadamente las diaconisas en los Estados Unidos
«Es difícil para un sacerdote servir a toda una comunidad,» dijo Rouvelas. «Ellos están ya sobrecargados de trabajo.»
Pero cada rama de la Iglesia Ortodoxa no reconoce necesariamente esa necesidad. Rouvelas ha supervisado y contribuido a los debates desde 1992. Dijo que las mujeres no podían ser ordenadas a menos que el Sínodo de los obispos accediera a ello.
«Supone un duro camino ascendente el convencer a los obispos que las necesidades de la Iglesia son muy grandes y que las mujeres pueden ayudar en esa necesidad y servir en esas capacidades», dijo.
Se ha tardado casi 30 años para llegar a este punto desde la Conferencia de Rodas, que declaró que el orden del diaconado femenino debería ser reavivado.
«Es algo así como un guacamole,» dijo Rouvelas con una carcajada. «Nosotros vamos avanzando con el tema, y ellos nos siguen golpeando».
Parte de la cuestión es que en la Iglesia ortodoxa el diaconado es un paso para llegar a ser sacerdote. Pero en su mayor parte, la división surge de la confusión sobre qué hacer en adelante.

Mientras las conversaciones siguen, FitzGerald hace hincapié en que la ordenación de las mujeres sólo puede rejuvenecerse dentro de la Iglesia ortodoxa si es un movimiento orgánico, no político.
«La manera de hacerlo es con amor, de manera que la Iglesia sepa en su interior que (esa ordenación femenina) es correcta», dijo FitzGerald.
A pesar de que las discusiones parecen estar en un callejón sin salida, FitzGerald añadió: «el tema está candente. No retrocederemos.»

Tomado de: https://www.ncronline.org/news/world/orthodox-church-debate-over-women-deacons-moves-one-step-closer-reality

Traducción: Montserrat Martínez

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *