El CELAM realizó en Quito un encuentro sobre la ministerialidad

Fray José Gabriel Mesa Angulo (Colombia)

y Diác. José Espinós (Argentina)

 

Del 13 al 17 de marzo de 2017, convocados por el Consejo Episcopal Latinoamericano CELAM, tuvo lugar en Quito, Ecuador, un Encuentro Latinoamericano de Obispos Presidentes de Comisiones de Vocaciones y Ministerios del Continente.

El objetivo ha sido construir itinerarios de formación comunes para los diferentes estados de vida dentro de la Iglesia, que sirvan como apoyo y refuerzo a los procesos formativos existentes en cada vocación y etapa formativa. Se trata en concreto de la pastoral vocacional, seminarios, pastoral sacerdotal, ministerios eclesiales, diaconado permanente, la vida consagrada y el laicado. Los aportes recogidos serán trabajados por un equipo de obispos y otros expertos, para hacer un aporte que pueda servir de apoyo a los ámbitos ya referidos, el cual será ofrecido al Pueblo de Dios a través de las diferentes conferencias de obispos católicos del continente y otros organismos eclesiales.

Han estado presentes doce, entre obispos y sacerdotes, representantes de Conferencias Episcopales de Antillas, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Venezuela y Uruguay. Con ellos, nueve asesores, provenientes de Argentina, Brasil, Colombia y México; esto es, cinco sacerdotes, un diácono y tres laicos. Participó también una representante de la CLAR (Consejo Latinoamericano de Religiosas). La reunión fue coordinada por el sacerdote brasileño César Braga de Paula, Secretario Ejecutivo del Departamento de Vocaciones y Ministerios del CELAM.

En concreto sobre el Diaconado, se plantearon temas de mucho interés, desde la propuesta del Papa Francisco de una Iglesia pobre, para los pobres. Desde ahí se vio la necesidad de impulsar una Ratio de estudios para el ministerio diaconal desde este enfoque; también se vio la necesidad de elaborar nuevos contenidos para potenciar la formación humana, espiritual, académica, pastoral y eclesiológica, tanto de los candidatos al diaconado, como de los mismos diáconos. Quedó claro que debe actualizarse la información existente sobre el caminar del diaconado en el continente; así mismo, que existen nuevos desafíos que demandan nuevas respuestas, especialmente respecto de su condición de discípulos y misioneros para una Iglesia que el mismo Papa Francisco ha denominado como “Iglesia en salida”, abierta a las nuevas realidades que vive el mundo de hoy. Esto implica una pastoral vocacional renovada y aplicada para ellos, distinta de las vocaciones para el seminario y enfocada en la realidad de hombres adultos con una historia de servicio ya realizada, sobre todo en la pastoral de las parroquias y demás obras diocesanas. Hay que repensar en el nivel de la formación diaconal unos contenidos filosóficos y teológicos fundamentales a la condición de servicio propia del diácono, aunque también hay que retomar con una nueva mirada su condición de esposo y padre de familia, como hombre que se desempeña en el mundo del trabajo civil y como ministro de la Iglesia al mismo tiempo.

 

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