Editorial de Enero

La relevancia evangélica del discernimiento de los “signos de los tiempos”

Diác. Gonzalo Eguía
Coordinador de Servir en las periferias
Bilbao, España, 9 de enero de 2017

 

En la Constitución Apostólica Humanae Salutis el Papa San Juan XXIII convocaba el Concilio Vaticano II, el Papa recuperaba la relevancia para la vida del cristiano, de la Iglesia, y del mundo, del término “signo de los tiempos”: “siguiendo la recomendación de Jesús cuando nos exhorta a distinguir claramente los signos… de los tiempos (Mt 16,3), Nos creemos vislumbrar, en medio de tantas tinieblas, no pocos indicios que nos hacen concebir esperanzas de tiempos mejores para la Iglesia y la humanidad” (Nº 4).

El Papa Beato Pablo VI continuó esta línea en su primera Encíclica Ecclesiam suam; cuando se refiere al necesario «aggiornamento» de la Iglesia afirmaba “Nos la tendremos siempre presente como norma y programa; lo hemos confirmado como criterio directivo del Concilio Ecuménico, y lo recordaremos como un estímulo a la siempre renaciente vitalidad de la Iglesia, a su siempre vigilante capacidad de estudiar las señales de los tiempos y a su siempre joven agilidad de probar… todo y de apropiarse lo que es bueno; y ello, siempre y en todas partes” (Nº 19).

El Concilio Vaticano recogió explícitamente esta expresión en varios de sus documentos ( UR 4, DH 15, PO 9) hasta consagrarlo de forma definitiva en la Constitución Pastoral Gaudium et Spes: «Para cumplir esta misión, es deber permanente de la Iglesia escrutar a fondo los signos de la época e interpretarlos a la luz del evangelio, de forma que, acomodándose a cada generación, pueda la Iglesia responder a los perennes interrogantes de la humanidad sobre el sentido de la vida presente y de la vida futura y sobre la mutua relación de ambas. Es necesario por ello conocer y comprender el mundo en que vivimos, sus esperanzas, sus aspiraciones y el sesgo dramático que con frecuencia le caracteriza» (Nº 4). En los números 11 y 44 de esta misma Constitución se profundizaba sobre este mismo contenido.

En su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, el Papa Francisco invita “a todas las comunidades a una «siempre vigilante capacidad de estudiar los signos de los tiempos»” (Nº 51), escuchando la voz del Espíritu (Nº 14), y señalando una hoja de ruta novedosa “espero que, cuando lo hagan, tengan en cuenta que, cada vez que intentamos leer en la realidad actual los signos de los tiempos, es conveniente escuchar a los jóvenes y a los ancianos” (Nº 108).

Se trata de un discernimiento evangélico, en el que la mirada del discípulo misionero se “alimenta a la luz y con la fuerza del Espíritu Santo” (Nº 50), un discípulo con un corazón que sabe de sus límites “y se hace «débil con los débiles […] todo para todos» (1 Co 9,22). Nunca se encierra, nunca se repliega en sus seguridades, nunca opta por la rigidez autodefensiva. Sabe que él mismo tiene que crecer en la comprensión del Evangelio y en el discernimiento de los senderos del Espíritu, y entonces no renuncia al bien posible, aunque corra el riesgo de mancharse con el barro del camino” (Nº45). Un discernimiento  que debe hacer cada Iglesia particular (Nº 30), que supone una audacia y creatividad pastoral (Nº 33), pudiendo darse el caso de que costumbres, normas y preceptos eclesiales con mucha presencia en la Iglesia, no estén vinculadas al núcleo del Evangelio” (Nº 43) y deban por tanto ser cambiados.

Este discernimiento de los signos de los tiempos también es oportuno que se dé en la Iglesia en relación con su dimensión servidora en general, y en relación con el ministerio diaconal en particular. ¿Cómo hacer del ministerio diaconal un ministerio más evangélico y que responda a los retos y problemas de los hombres y mujeres de este siglo XXI? ¿Cómo facilitar en el momento actual que el ministerio diaconal siga siendo un firme colaborador en la misión que la Iglesia tiene de transmitir el Evangelio? ¿Cómo responder, desde el ministerio diaconal, a las antiguas y nuevas necesidades de las comunidades cristianas?

En relación con esta temática de la relevancia del discernimiento de los signos de los tiempos, nos gustaría destacar dos grupos de artículos que el Informativo recoge en esta edición. Por un lado, las palabras del Cardenal Hummes referidas al necesario discernimiento ante la situación pastoral de la Amazonía; y las de Monseñor Felipe Arizmendi, (obispo de San Cristóbal de Las Casas, México) sobre la necesidad de una “Iglesia autóctona”. Por otro, se aporta una amplia selección de artículos relacionados con el actual debate sobre el diaconado femenino. Los referidos a los posicionamientos y entrevistas de varios miembros de la Comisión Vaticana, y  artículos de opinión sobre la conveniencia o no de un diaconado femenino en la actualidad. Teniendo en cuenta el objetivo del Papa Francisco al convocar la Comisión de Estudio sobre el Diaconado Femenino, desde Servir en las periferias se valoran positivamente estas aportaciones que enriquecen el discernimiento, sabiendo que en todas estas cuestiones es necesario un trabajo eclesial en clave sinodal, y que la última palabra corresponde al Romano Pontífice.

En el Informativo se refuerza un área que se desea que vaya creciendo con nuevas artículos, bajo los epígrafes de “Conoce al diácono…”  y de “Testimonio del diácono…”, se exponen las actividades pastorales y testimonios de diáconos. Invitamos a que personas interesadas  puedan enviar artículos con este contenido.

Varios de estos testimonios tienen que ver con la labor de diáconos de los Estados Unidos de América dentro de lo que se conoce como “Ministerio hispano”. Se publica también el “mensaje del Papa Francisco al V Encuentro del Ministerio hispano en EEUU.  El Papa desea que la Iglesia de EEUU  “en todos sus ámbitos, acompañe este Encuentro con su propia reflexión y discernimiento pastoral”.

En este apartado de Encuentros, el Informativo aporta varios  artículos referidos al  XXXI Encuentro Nacional del Diaconado de España, aportándose incluso los vídeos de sus ponencias. También destacan las Jornadas Pastorales de los diáconos de Portugal, realizadas en Fátima, así como el ciclo de conferencias que bajo el título “Diaconado: Ministerio y Misión” se han llevado a cabo en la diócesis portuguesa de Oporto.  Resulta interesante la lectura del breve artículo que recoge las palabras del presidente de la Comisión Regional de los diáconos del Centro-Oeste de Brasil, sobre la importancia que los Encuentros Regionales de diáconos tienen para la familia diaconal. Se recuerda también la realización en el mes de septiembre (7 al 10), en Lourdes (Francia), de la Conferencia de Estudios del CID bajo el título “Salvación y sanación en una Iglesia diaconal”. Se espera la participación de un numeroso grupo de participantes hispanos.

En el capítulo de publicaciones el Informativo ofrece las aportaciones de los portales bibliográficos Dialnet y Universia, en los que se pueden encontrar cientos de documentos sobre el diaconado. Se destaca el artículo del diácono Eduard Ludwig, en colaboración con el profesor Pablo Blanco Sarto, y la Tesis doctoral de José Juan Fresnillo Ahijón.

Acabamos de celebrar las fiestas de Navidad y Epifanía y hace tan solo nueve días estrenábamos nuevo año, deseamos a todas y todos nuestros lectores que 2017 sea un año en el que podamos renovar, día a día, nuestro seguimiento del Señor.

En nombre del equipo de Redacción

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