Diócesis de Salt Lake City (EEUU): Candidatos al diaconado listos para servir a la comunidad ante su próxima ordenación

Guillermo Méndez López y su esposa habían estado involucrados en el encuentro matrimonial por más de 23 años; conocieron muchas familias, sacerdotes, diáconos y en ese transcurso en esa colaboración lo invitaban mucho a involucrase en el programa de diaconado.
“En realidad a mí no me llamaba la atención ese llamado…el llamado a servir siempre lo he tenido, pero de esta manera en el diaconado no me llamaba la atención,” dijo Méndez.
Después de un tiempo se mudaron a Utah y fue allí que desde hace casi 11 años han sido parte de la parroquia de St. Andrew en Riverton.
Méndez narró que fue en ese entonces cuando el encuentro matrimonial dejó de llenarlos, de darles vida.
“Cuando ya no te da vida lo que estás haciendo hay que moverse, hay que hacer algo diferente. Creo que el servir es dar vida por lo que nos involucramos de lleno en la parroquia y nos pidieron que la representáramos en el ministerio hispano,” dijo Méndez.
Fue allí en donde se dio cuenta de la gran necesidad que había en el estado de Utah, la comunidad hispana estaba creciendo mucho y se necesitaba mucha ayuda.
“En una ocasión en una reunión María Cruz Gray [directora del Ministerio Hispano de la diócesis] compartió cuáles eran las necesidades extremadamente urgentes para la comunidad aquí en Utah y cuando las escuché allí fue en donde el llamado al diaconado se solidificó…sentí que tenía que hacer algo, ese era el momento,” dijo Méndez.
Así que empezó a investigar sobre el programa del diaconado; en ese entonces se acababa de ordenar un grupo, pero había planes para iniciar el primer programa para el diaconado en español.
  “Cuando escuchamos que iba a ser el primer grupo hispano para el diaconado, me animé más,” dijo Méndez.
Su caminar por este programa no ha sido fácil, pero sí muy satisfactorio y de una gran enseñanza.
 “Yo me imaginé que todo iba a ser muy tranquilo, pero no, el camino de Dios no es fácil, cuando se acerca uno a él en verdad hay que demostrar que uno tiene amor por El y por las cosas de Dios …hemos pasado por varias cosas muy fuertes,” dijo Méndez, recordando que en cuanto aceptó la llamada al diaconado empezaron a suceder muchos retos en su familia.
“Empezamos a tener situaciones difíciles con nuestros hijos; yo me preguntaba: ahora que me voy a dedicar a servirte, Señor ¿por qué me pones esas pruebas tan difíciles? …  Gracias a Dios y al apoyo de mi esposa hemos salido adelante …con las enseñanzas del encuentro matrimonial nos enseñó mucho a apoyarnos el uno al otro; el valor del sacramento del matrimonio para nosotros es primordial,” dijo Méndez.
Ahora que ya ha superado las pruebas difíciles, Méndez dijo que eso le ha enseñado y motivado a servir con mayor entusiasmo, ahora que su ordenación al diaconado ya está muy próxima.
“Esto me anima a poder compartir con quienes pasan por situaciones similares, me da el ánimo de compartir que, sí se puede, que, sí se puede seguir adelante con la ayuda de Jesús y haciéndolo el centro de nuestras vidas, sin Jesús no se puede hacer nada.”
Méndez invita a todos a compartir con ellos el día de su ordenación y a que por favor siempre los recuerden en sus oraciones ahora como diáconos para la diócesis de Salt Lake City.
Para José Fernando Montaño el llamado al diaconado no era algo nuevo.
Llegando a los Estados Unidos desde 1987 lo primero que hicieron fue acercarse a la Iglesia en Ephraim.
“Ahí empezamos a apoyar con los servicios…había una monjita aquí, Sister Brenda, la cual nos llamó para invitarlos a participar más activamente en la parroquia,” dijo Montaño.
Fue ahí en donde él y su esposa tomaron el Sacramento del Matrimonio pues solo estaban unidos por la ley civil.
“Desde entonces ahí estamos sirviendo en la parroquia… muchas personas en el proceso de estos años  me comentaban que yo podría ser un diácono,” dijo Montaño.
De alguna manera esas personas fueron sembrando esa semilla en él.
“En el momento de que llegó la hora del programa del diaconado muchas personas estuvieron apoyándome …Dios nos toca de diferentes maneras,” dijo Montaño.
 Para él el servicio es un pilar de su vida.
“A mi siempre me ha gustado mucho el servicio a los demás…en el trayecto de estos años en una ocasión caí enfermo y quedé físicamente inválido.
En ese proceso mucha gente lo apoyó y eso le dio mucho más fuerzas para luchar por los demás.
“Fue ahí en donde hice del servicio mi misión de vida, al recuperarme decidí que así seria,” dijo Montaño.
Antes de entrar al diaconado Montaño ingresó al programa EMAUS, el cual es el programa de formación para ministros laicos en español de la diócesis.
El reto durante el programa del diaconado fue el tener que trasladarse a Salt Lake City de manera muy frecuente.
“Al principio el costo de la gasolina, el clima, el estar constantemente viajando era un tanto pesado, pero a poco a poco nos fuimos acostumbrando y en lugar de retos fue algo que gozamos,” dijo Montaño.
Ya próximos a su ordenación Montaño dice que es una sensación de alegría, nervios, de una serie de emociones.
“Esto es algo en lo que estoy con mucha fe, con muchas ganas de hacer bien las cosas y de servir a mis hermanos y a la comunidad a la que me toque ir,” dijo Montaño.
La Diócesis Católica de Salt Lake City tiene el honor de invitarlo a la ordenación al diaconado a celebrarse el: Viernes 27 de enero, 2017 a las 7:00 p.m. en la Catedral de la Magdalena, 309 East South Temple, Salt Lake City. La ceremonia será presidida por el Rev. Arzobispo John C. Wester, Arzobispo de Santa Fe y noveno obispo de Salt Lake City.
Laura Vallejo, Intermountain Catholic
Tomado de: http://www.icatholic.org/
Foto de archivo

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