La celebración de la Misa Crismal en la jornada de este Miércoles Santo se ha convertido en el acto central de una jornada jubilar en el marco del Año de la Misericordia, en este tiempo de Semana Santa, que ha reunido a todos los integrantes del clero diocesano, presbíteros y diáconos, en la Catedral, en torno al obispo Julián López para participar en un ritual en el que todos han tenido ocasión de renovar las promesas que hicieron el día de su ordenación.

CON ENTRAÑAS DE MISERICORDIA

El obispo Julián López insistió durante toda la homilía en la idea de que la actitud misericordiosa debe extenderse a todo el ministerio sacerdotal «y por esos todos los ministros ordenados hemos sido configurados a Cristo por el sacramento del Orden, pero esta gracia que brota de la unción del Espíritu Santo comunicada en el sacramento del Orden no sólo no nos aleja del pueblo de Dios, sino que nos pone al servicio de ese pueblo y de la condición de sacerdocio común que atañe a todos los fieles». Una llamada al servicio de toda la comunidad cristiana «que nos convierte en ministros cualificados de la misericordia de Dios de manera que el ejercicio de nuestro ministerio ha de tener siempre como referencia y modelo la actitud de Cristo».