diáconos permanentes al servicio de la Iglesia de Yucatán

Seis nuevos diáconos permanentes al servicio de la Iglesia de Yucatán

 

Claudia Ivonne Sierra Medina, Diario de Yucatán

Yucatán, México, 23 de diciembre de 2010

www.yucatan.com.mx

 

“Que el Señor les conceda la fortaleza necesaria para ser discípulos de Cristo, testigos de su amor y misioneros de la Buena Nueva”, pidió monseñor Emilio Carlos Berlie Belaunzarán, arzobispo de Yucatán, para los seis diáconos permanentes que ordenó anoche en la Catedral.

 

El prelado les dijo que “la razón de ser de su vida espiritual es el servicio. El orden del diaconado es para servir al pueblo de Dios”, subrayó. La ceremonia eucarística se realizó ante decenas de personas como “una ofrenda diocesana en ocasión de la Navidad por el nacimiento del Niño Jesús”, expresó monseñor Berlie Belaunzarán.

 

El prelado confirió el orden del diaconado a Ismael Gonzalo Amattón Peraza, Mario Bernardo Chan Suárez, Raúl Flores Ricalde, Juan Antonio May Correa, Jorge Luis Quijano Arjona y Víctor Manuel Valle Aguilar, quienes se formaron en la Escuela de Diaconado Permanente San Francisco de Asís de la Arquidiócesis de Yucatán.

 

El prelado concelebró con más de una decena de sacerdotes y diáconos. Los nuevos diáconos permanentes son casados y estarán al servicio de la Arquidiócesis. Como parte del rito de ordenación, el presbítero Alberto Ávila Cervera, director de la Escuela, llamó a los elegidos al orden —quienes estaban sentados en las primeras filas de las bancas, al lado de sus familiares— y pidió en nombre de la Iglesia que les confieran el diaconado.

 

El arzobispo preguntó si eran dignos y el padre Ávila Cervera respondió afirmativamente. Luego de la homilía, los candidatos hicieron su promesa de obediencia y se postraron en el piso mientras se entonaba el canto de las letanías.

 

El momento central del rito fue la imposición de manos del arzobispo sobre los candidatos y la plegaria de ordenación, en la que pidió a Dios que les envíe el Espíritu Santo para que, fortalecidos con la gracia de los siete dones, desempeñen con fidelidad el ministerio.

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