Diácono Pedro Sánchez, coordinador del Departamento de Comunidades y Ministerios, Concepción, Chile, en la incorporación de nuevos Ministros y Ministras Extraordinarios de la Comunión

Durante la celebración de una eucaristía celebrada en la capilla de Casa Betania y presidida por el presbítero Manuel Zúñiga Aranda, un grupo de laicos y laicas fueron confirmados como Ministros Extraordinarios de la Comunión (MEC), preparados a través del Departamento COMIN (Comunidades y Ministerios) dependiente del Área Eclesial de la Iglesia de Concepción.

Los nuevos MEC recibieron, en esta oportunidad, el Manual que los apoyará en su servicio de llevar la hostia consagrada a personas que están enfermas en sus domicilios o que no pueden concurrir a la capilla o parroquia de su sector. El coordinador del Departamento COMIN, diácono permanente Pedro Sánchez, quien precisó que los nuevos MEC participaron en un proceso inicial de cinco meses, que continuará el próximo año con un proceso de formación permanente.

“En esta oportunidad, queremos agradecer al padre Manuel Zúñiga por acompañarnos en esta celebración eucarística; agradecer al Coro de la parroquia de Schwager. Ustedes (MEC) han terminado una primera etapa y están en un proceso de formación todavía. Lleven esta eucaristía en el corazón, porque ella resume la formación. Porque desde el amor me entrego al Señor”, expresó.

El padre Manuel Zúñiga reflexionó sobre la lectura bíblica (san Lucas (4,31-37), señalando que “ustedes tienen una misión hermosa; agradezcan siempre la posibilidad de realizar este servicio, conozcan cada más profundamente a quién sirven, para que lo amen. La Iglesia les ha encargado una misión muy importante, pero no porque ustedes vayan a ser importantes, sino porque van a llevar al santo de Dios. Pidan la gracia suya, de ser sus servidores, hagan su servicio con amor y sencillez, sean disponibles, cuiden su vida familiar. Que llevar el santo de Dios sea para ustedes experiencia viva del amor de Dios y que la experiencia de llevar a Cristo los transforme a ustedes”.
Agregó que “en el servicio se experimenta justamente ese amor; seguramente, Dios les va a conceder la gracia de verlo muchas veces, de ver al Señor en el rostro de los enfermos que van a visitar. Amen mucho a Cristo. Ser cristiano es meterse en la lógica de Dios. Ser cristiano no significa es tener un plan elaborado de vida, sino que es amar. Quizás la crisis más grande es que no amamos, amen a Dios, amen mucho a Cristo, sólo así se ama a la Iglesia. Somos frágiles, no siempre discernimos el camino de Dios, pero el Señor nos ha dado libertad. Amen a quienes van a visitar, recuerden que son servidores de Cristo, que llevan al Señor”.

Luego de la entrega del manual de manos del padre Manuel, algunos MEC dieron su impresión de esta responsabilidad pastoral importante. José Venegas, de la parroquia san Pablo, Chiguayante, expresó que en lo personal, esta misión “es tratar de hacer lo que Cristo hizo por nosotros. Se hizo tan humilde para entrar en nosotros y nosotros no nos queda más que ser humildes y llevar el sacramento a los enfermos. Aprovecho de invitar a los laicos bautizados que se incorporen y que sigan esto, porque es precioso”. Carmen Gloria Sánchez, de la comunidad María Auxiliadora, Concepción, confesó que “es una alegría inmensa ser instrumento de Dios y poder dar alegría y satisfacción a los enfermos, personas imposibilitadas de asistir a la Iglesia y hacerlos sentir que Dios está con ellos, a través de nosotros. Ser ministra (mujer) tiene más valor, porque se entrega mucho más al dejar a los hijos, el hogar, para servir al Señor, pero Dios merece mucho más, nos cuida y está siempre con nosotros; su misericordia es grande y nos motiva poder servir de manera humilde, pero de corazón”.

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