El diácono iberoamericano Armando Solorzano recibe el premio a la excelencia como maestro de la Universidad de Utah (EEUU)

La Universidad de Utah otorgó el premio de Excelencia como maestro del año 2018.  “Superior Teaching Award” al diácono Armando Solorzano, quien es profesor asociado de estudios étnicos, profesor asociado del departamento de estudios de familia y consumidores de la Universidad de Utah.

El diácono Solorzano dio sus primeras clases en el Catecismo orientado por los Hermanos Maristas. El diácono ahora además de las clases en la Universidad ha impartido clases para el programa de Formación de Diáconos de la Diócesis de Salt Lake City.

Durante su discurso de aceptación del premio así como para el discurso que brindó durante la ceremonia de graduación de los estudiantes de la generación 2018 de la Universidad de Utah, el diácono Solorzano se inspiró en las palabras del profeta Miqueas 6:8.

 

En mayo del año pasado el diácono Solórzano recibió el Reconocimiento ‘Distinguished Service’ de la Universidad de Utah , como un símbolo de agradecimiento por sus contribuciones durante sus 23 años impartiendo clases en la universidad, siete años de los cuales también ha servido como diácono en la Diócesis Católica de Salt Lake City. Durante este tiempo el diácono ha realizado viajes de servicio a México y a América Central como parte de sus esfuerzos comunitarios.

“Desde que tenía cuatro años de edad fui monaguillo en Guadalajara (México),” dijo el diácono Solózano, quien tiene un doctorado en sociología, así como dos maestrías.

En ese entonces, los monaguillos necesitaban saber latín, así es que el diácono Solórzano se despertaba a las 4 de la mañana para ir a Misa, después iba a la escuela y después tomaba clases de latín.

“El amor por el servicio lo adquirí básicamente por el ejemplo de mis padres,” dijo el diácono Solórzano. “ellos iban a las cárceles a servir comida a los presos. Nunca nos dijeron que nosotros teníamos que seguir su ejemplo; simplemente crecimos viéndolos hacerlo, y para nosotros era parte de nuestra educación y de quienes éramos.”

La única explicación que el recuerda sus padres les dieron fue que “Jesús nació para servir.”

Cuando muy jóven experimentó los varios cambios por los que la Iglesia pasó. Al cumplir los 12 años de edad, el Vaticano II tuvo efecto y para los 15 años de edad estuvo involucrado en algo muy similar a lo que hoy es conocido como la Nueva Evangelización.

“Fue en ese entonces cuando nació mi amor por la fotografía,” dijo el diácono Solórzano cuyas exhibiciones fotográficas ahora reflejan la vida de los inmigrantes en los Estados Unidos asi como las tradiciones y cultura Hispana/Latina.

Hace 38 años inmigro a los Estados Unidos. Desde el primer momento en Utah él y su esposa Cristina, comenzaron a involucrarse en la comunidad, siempre con la mentalidad de la importancia del servicio.

“Nuestra verdadera naturaleza se basa en la generosidad el servicio, en conocer y saber que le proyecto de vida va más allá de lo que somos y de lo que tenemos,” dijo el diácono Solórzano.

Cada año junto a su esposa viajan junto a un grupo de estudiantes de la Universidad de Utah a países centro americanos y a México realizando entrevistas, filmando y creando un archivo de información acerca de cómo las comunidades celebran sus diferentes tradiciones y costumbres. Durante esos viajes ellos brindan servicios de higiene bucal, planificación familiar, y campañas ecológicas.

El servicio que el diácono Solórzano ha realizado en Utah es tan extensivo que no cabe en las dos páginas que se piden para la nominación para el reconocimiento, escribió el Director de la Oficina de Diversidad de la Universidad Snow Collage, diácono Fernando Montaño.

“Como diácono Católico, el Dr. Solórzano dedica días enteros y fines de semana a predicar el Evangelio, visitar a los enfermos y servir a los indigentes… También pasa incontables horas enseñando a Católicos y no Católicos acerca de la teología, de la historia de la Iglesia y del ecumenismo,” escribió Montaño quien fue ordenado diácono de la diócesis de Salt Lake City el año pasado, en una de las nominaciones para el premio.

La nominación subraya que los diáconos no reciben salario y que antes de su ordenación tienen que completar un curso intensivo de preparación de cuatro años, “así es que sr diácono es un gran compromiso.”

“Ha  pasado horas incontables realizando bautismos, presidiendo bodas y funerales y visitando las cárceles, hospitales y casas de reposo. A través de su servicio en la Iglesia Católica y a los Latinos, Armando ha sido testigo del papel de la religiosidad en la comunidad Latina, y esta experiencia de servicio ha documentado sus investigaciones,” se lele en la nominación.

El diácono Solórzano ha publicado tres libros, varios capítulos y innumerables manuscritos; ha recibido reconocimientos estatales e internacionales; aun con todo sigue siendo un hombre sencillo y con humildad.

“Para mi el servicio es quien soy, un inmigrante más. Todos somos inmigrantes; nuestra destino final no es en la tierra, estamos llamados a trascender…el servicio para mí es ser una herramienta de Dios, para que así El haga su plan eterno,” dijo el diácono Solórzano.

Fuente: http://www.icatholic.org

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