Con alegría la Iglesia de Concepción acogió a dos nuevos diáconos

 

Concepción, Chile, 26 de agosto de 2012

 

Durante una Eucaristía, que presidió monseñor Fernando Chomali, fueron ordenados Reynaldo Oliva Lagos para el diaconado permanente (Juez del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Concepción) y César Pedreros Moreno, como diácono en tránsito al sacerdocio.

 

La celebración contó con la presencia de gran parte del clero, del cuerpo diaconal, del Seminario, familiares de los ordenados y representantes de las distintas comunidades en las que han servido ambos nuevos ordenados.

 

En su homilía, Monseñor Chomali manifestó que “hoy, al igual que hace 2000 años, no Pedro, sino que Reynaldo y César, le dicen al Señor ¿a quién iremos? Nosotros hemos creído y sabemos que eres Dios. Estos dos jóvenes, después de un tiempo de preparación, vienen, aquí, delante del Señor, de su Obispo, delante de la comunidad presbiteral y diaconal y delante de todos, para decir: quiero consagrarme como diácono, porque esta es la voluntad de Dios para mí”.

 

Luego exclamó: “¡Qué alegría más grande saber que, a pesar de los grandes cambios que se registran en el mundo, donde la tecnología aparece ser el absoluto, hayan personas que tocadas por Dios, digan “sí” Señor, quiero ser tu discípulo, como diácono; quiero ser tu amigo, quiero ser Dios, sino que se hace presente en medio de nosotros!”.

 

Agregó, diciendo: “Qué maravilla, que a pesar de los grandes cambios producidos, hayan personas que digan Señor quiero servir, quiero vivir en plenitud mi vocación de hijo de Dios y discípulo tuyo, sirviendo; quiero entrar hoy públicamente en la dinámica del buen samaritano; quiero estar presente, sirviendo la mesa y estar predicando a toda aquel que lo necesita. Quiero ser puente de misericordia, quiero ser fuente de alegría, quiero ser fuente de todos aquellos valores, que parecen olvidados, pero están presentes porque Dios sigue actuando en nuestra historia”.

 

Subrayó afirmando: “¡Qué notable que en medio de una sociedad tan erotizada, todavía hayan personas que digan quiero vivir de manera celibataria, quiero consagrar mi inteligencia, mi voluntad, mi libertad, mi cuerpo, mi ser al Señor, porque Él es todo para mí”.

 

Al término de la celebración, cada ordenado dirigió sus agradecimientos. César, agradeció a su familia en el camino al sacerdocio y a las parroquias fueron forjando su vocación y donde escuchó el llamado de Dios. Mencionó a Jesús de Nazaret de Hualpén, la Ascensión del Señor y san Juan María Vianney de Los Álamos. Agradeció al Seminario “por la paciencia y constancia para mi formación sacerdotal, a mis compañeros, amigos, formadores y profesores, a las parroquias de pastoral, Sagrada Familia, La Purísima de Lirquén y Natividad de María. Gracias a quienes han puesto su confianza en este camino, a monseñor Antonio Moreno, monseñor Ricardo Ezzati y a monseñor Fernando Chomali”.

 

César pidió una gran bendición para todos aquellos que de uno u otro modo han sido parte de toda la historia que Dios ha ido haciendo en él. “A profesores, educadores, amigos, vecinos y en estos últimos años, a mis hermanos de la comunidad neocatecumenal, que no han dejado de pedir a Dios por este día. Finalmente, en una memoria agradecida, dar gracias por la vida del padre Edmundo Lejeunne, a quien entre todos los sacerdotes que he conocido, fue el que me enseñó el amor incondicional por la entrega al prójimo y la misión. De quien siempre pude escuchar una palabra de bien para cada uno de quienes lo conocimos”.

 

Por su parte, el diácono Reynaldo Oliva expresó sus sentimientos, diciendo: “Humildemente agradezco a Dios, en este día de mi ordenación diaconal, día en que me consagro enteramente a Dios para el servicio de la Iglesia de Concepción, en perfecta obediencia al Obispo, hoy, en la persona de monseñor Chomali y en estrecha colaboración con los presbíteros, con el servicio de la palabra, de la liturgia y la caridad. Agradezco a mi familia, a mi madre aquí presente, a mi padre que ya ha partido ante Dios, por haberme dado la vida y la semilla de la fe en el Bautismo. A mis hermanas con quien he compartido el crecimiento de la fe. En mi familia aprendí a conocer a Dios y a darme en la oración y en la Santa Misa, lo que fue refrendado en el colegio; recordó al grupo de guías y scouts, a la escuela del diaconado, al Instituto de teología, a las comunidades donde ha, comunidad de Patagual, parroquia Cristo Rey de Bellavista, comunidad de Punta de Parra, parroquia Todos los Santos, parroquia Cristo Salvador y parroquia El Sagrario donde se ha formado desde niño. A los sacerdotes, a los diáconos”.

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