Cartas de un Párroco a su hermano diácono XIII

Pbro. Aldo Félix Vallone, Mendoza, Argentina

Dice el autor –Licenciado en Teología Espiritual y Director de la Escuela Arquidiocesana de Ministerios San José- que “en estas cartas laten vivencias compartidas, reflexiones personales y diálogos con diáconos, presbíteros y laicos”.

 

En el mundo sin ser del mundo

 

Querido hermano:

Hace un tiempo asistí a un vivo intercambio entre obispos sobre la secularidad del diácono. El tema no parece estar tan resuelto, pues el martes volvió, ahora, en la reunión del Decanato.

¿Conviene o no conviene que un diácono se introduzca en asuntos seculares tales como la política, las instituciones civiles, gubernamentales, ONGs…? Si lo hace, ¿es desde su misión como cristiano o como diácono?

Lo primero que me queda claro es que, tal cual está planteado el tema en los documentos del Magisterio, implica –sin dudas- una revisión sobre el alcance del “estado clerical”. Así me lo hacías notar, pues supone una excepción a la regla común.

A ello se le suma que la “secularidad” aparece como “propia y peculiar de los laicos”, que  los miembros del orden sagrado –aún cuando puedan asumir realidades profanas e incluso profesiones civiles- se dedican al sagrado ministerio como a profesión propia (cf. LG 31).

Es por esto que ”en los diáconos permanentes el trabajo permanece ligado al ministerio”. No tienes prohibido ejercer una profesión o un cargo público, pero aún ahí ejerces tu ministerio. ¡Es maravilloso descubrir hasta donde llega el Sacramento del Orden en ti! Apenas escribo esto pienso inmediatamente en la eclesiología de la Gaudium et Spes.

Ya estoy escuchando varias voces de mis amigos murmurando: “está invadiendo el terreno de los fieles laicos” o “¡viste! Yo te dije, el diácono es un fiel laico fortalecido con una gracia especial y no deja de ser fiel cristiano laico. Aquí tienes la prueba”…

Las fronteras entre clérigos y fieles laicos, en muchos casos no son líneas sino zonas de confluencia. Conozco muchos sacerdotes docentes en escuelas –yo mismo soy profesor en un Instituto de Ciencias Sagradas- sacerdotes que dirigen hospitales… Sacerdotes misioneros insertos en la promoción humana. ¿Acaso ellos invaden las competencias laicales? Puede darse. Si lo hacen desde su ministerio pastoral y, a la vez, forman y promueven el protagonismo laical, lejos de invadir son auténticos pastores.

Conozco fieles laicos que realizan actividades intraeclesiales. Me dirás que de forma supletoria. Digamos que sí a algunas. Lo importante es que éstas no distraigan su compromiso secular.

Ya sabemos que “los diáconos, en cuanto ministros sagrados, deben dar prioridad al ministerio y a la caridad pastoral”, pero el trabajo civil debe ser vivido como una prolongación de su ministerio.  ¿Lo seguimos pensando?

Tu hermano párroco

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