Diócesis de Talca, Chile: celebró los 50 años del Diaconado permanente

Encuentro Diocesano: Motivados por la fe

Cerca de 5 mil fieles hicieron sentir su fe este 15 de agosto en el Encuentro Diocesano. Celebración que después de 8 años volvió a la ciudad de Talca con la más maravillosa acogida a todos los que quisieran participar.

Desde las 09:00 horas comenzaron a llegar al Colegio Manuel Larraín de Talca personas de todas las zonas pertenecientes a la Diócesis. El centro educacional fue el lugar ideal para realizar la acogida de este maravilloso encuentro y desde donde se iniciaría la procesión con la imagen de la Virgen María.

Con cantos y oraciones miles de personas demostraban su emoción de ser partícipes de esta celebración. En sus rostros se vislumbraba el amor y la fe que los mueve y la importancia que tiene para ellos el 15 de agosto.

Rosa Paiva Garcés tiene muchos años participando en los encuentros; vino desde Curicó para demostrar su amor a la Virgen y nos comentó que “es maravilloso que un día feriado como este que mucha gente sale a pasear, nosotros como católicos estamos aquí alabando a nuestra Virgen. Es mi amor, es mi madre, junto a mi Dios”.

Aproximadamente a las 10:30 horas se dio inicio a la procesión desde el Colegio hasta el Gimnasio Regional de Talca; un día con un sol perfecto y la emoción desbordada de los fieles hizo de la caminata un momento único que precedería muchos más.

Ya en el Gimnasio
Al llegar al Gimnasio la acogida de migrantes haitianos, venezolanos, colombianos y de otras nacionalidades de la mano de la Fundación Madre Josefa de Talca, nos recordó la importancia de la inclusión y que debemos abrir los corazones a los hermanos que tocan nuestra puerta para aportar cosas mejores.

Karina González de Vera, migrante venezolana, indicó que quiso participar en el encuentro motivada por la fe y buscando en ella esa esperanza de que pronto pueda reunirse con su familia. Orando siempre por una solución pacífica a la situación que vive actualmente su país.

Por otra parte, a las afueras del Gimnasio se pudo disfrutar de una feria para aquellas personas que quisieran llevar algún recuerdo del encuentro y como todos los años se habilitó un lugar donde los fieles podían confesarse.

Todos unidos en un mismo camino
Una multitud extraordinaria llenó casi por completo el Gimnasio Regional de Talca; dejaba sin palabras sentir tanta emoción no solo de las personas que acudieron a la celebración en este imponente recinto deportivo, sino de todas aquellas que hicieron posible este día.

Una presentación muy animada por parte de la JUC, perteneciente a la parroquia del Sagrario, antecedió la entrada de la Virgen María al Gimnasio, acompañada por ministros, diáconos, sacerdotes y el Obispo de Talca, monseñor Horacio Valenzuela Abarca.

Acompañados por el coro, quienes nos regalaron un trabajo maravilloso durante todo el encuentro, se realizaron las lecturas del día para dar paso a las palabras de nuestro pastor:

“Cada año nos reunimos junto a María, para que ella nos ayude a recobrar, a intensificar nuestra identidad, lo que somos. La madre como nadie ayuda al hijo a decirle quién es, cuánto vale, cuál es su camino. Por eso nos reunimos todos los años en esta fiesta de la Santísima Virgen para recobrar esa identidad nuestra que quiere ser siempre misionera y misericordiosa”, así inició su homilía el Obispo de Talca.

Recordó además, que “quien tiene a Dios en su corazón, hace lo mismo que María, hace presente la vida de Dios de forma humilde. Dios no entra al mundo de forma brusca sino en la ternura, en el servicio humilde, en el cariño sereno. Dios entra en la escucha respetuosa del que está mal, del que está sufriendo, del que está solo”, a modo de ejemplo de cómo hemos seguido el ejemplo del Papa Francisco, a ser una Iglesia en salida, atenta a las periferias, de ser un lugar de iniciativas de oración y de expresiones de amor y de acogida a través de nuestras parroquias, grupos pastorales, colegios e instituciones religiosas.

Diáconos permanentes

En la Eucaristía se celebró los 50 años del Diaconado permanente y recordó que a través de ellos se extiende la Palabra y el amor de Dios, y manifestar el amor de Dios en el servicio a los más pobres. “Son verdaderos canales llenos de agua, que riegan con la vida de Dios y hace que el mundo sea un poco más justo, más hermoso y más bueno”, añadió monseñor Valenzuela.

Migrantes y defensa de la vida
El amor materno se ha despertado a través de nosotros y como Iglesia lo hemos demostrado con el apoyo a nuestros hermanos migrantes, quienes ayer hicieron parte importante de esta celebración diocesana, con la idea de darles una gran bienvenida, recordarles que este también es su hogar y hacerlo sentir como parte de ello.

También se ha resaltado ese amor por la lucha constante en defensa de los niños que están por nacer, en defensa de la vida y de las personas que merecen otra oportunidad, esas personas que pueden ser el futuro y que no deben ser abortados.

Religiosos
Otro tema importante que resaltó el Obispo de Talca, fue la vida consagrada, “es un regalo para nosotros, son hombres y mujeres, que seducidos por el Señor, han hecho de su vida un regalo para los demás, por eso el Papa Francisco los llama a los religiosos, los familiares de Dios, los amigos íntimos, aquellos que tienen un trato libre y espontáneo con el Señor”. Dedicó además un aplauso y agradecimiento para todos los religiosos por sus servicios generosos al Señor y a su Reino. Finalizó su homilía agradeciendo la asistencia de todos los presentes y coronó la celebración rezando el Ave María para proseguir con la Eucaristía.

Al terminar la misa se dio por concluida la 25º edición del Encuentro Diocesano, desde el término del Sínodo en 1992, con una satisfacción enorme por tan maravillosa participación.

Luego, cientos de peregrinos recorrieron diferentes lugares de la ciudad de Talca para seguir compartiendo en este hermoso día de Encuentro Diocesano.

Fuente: Comunicaciones Talca

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