Retiro de Cuaresma para diáconos y esposas de las diócesis catalanas

Se celebró el Retiro de Cuaresma para diáconos y esposas, dirigido por el obispo auxiliar de Terrassa, Mons. Salvador Cristau. Tuvo lugar en la Casa de Espiritualidad «Sagrada Família», de Rubí, durante el fin de semana del segundo Domingo de Cuaresma del año 2015. El Retiro se basó en la reflexión sobre la Encíclica «Evangelii Gaudium», alternando con momentos de meditación personal y oración.

La reflexión giró en torno a dos puntos: la necesidad de que los cristianos recuperemos la verdadera alegría, y la misión evangelizadora, esencial en la Iglesia.

En cuanto al primer punto, destacan las siguientes ideas:
– Nos situamos en el designio de Dios, que quiere nuestra felicidad y comparte con nosotros su Amor, su Alegría.
– La alegría de Dios se ha manifestado en la Revelación.
– Dios actúa a través nuestro.

Del segundo punto, subrayamos lo siguiente:
– La misión evangelizadora está inserida en un dinamismo de salida: es una dinámica de caminar y sembrar.
– Hemos de salir de la propia comodidad para ir a las periferias; hemos de ir al encuentro del hermano y llevarle la luz de Cristo.
– Este dinamismo nos ayudará a renovar la Iglesia y sus estructuras, desde lo más profundo del Evangelio.
– Hemos de tener en cuenta las imperfecciones humanas, las crisis personales y comunitarias, y superarlas centrándonos en la presencia de Jesús, que es liberadora.
– Evangelizamos a partir del encuentro personal con Jesús.
– Todo el Pueblo de Dios anuncia la Buena Noticia, con el Espíritu Santo.
– Nuestro esfuerzo y misión evangelizadora han de ir acompañados de la oración.
– Vivir en la fidelidad a Cristo y su Evangelio nos produce un gran gozo, una profunda alegría.

La invitación final como meditación y propuesta de acción fue la cuestión de cómo nosotros, diáconos y esposas, podemos suscitar esta alegría de Dios en nuestras familias, en nuestras comunidades y en la sociedad: Debemos contemplar el proyecto de Dios, lo que Él hace en nosotros y en el mundo; hemos de manifestar a todos que Dios quiere llevar a cabo su proyecto en nosotros, pero que no quiere hacerlo sin nosotros; todos somos responsables de nuestros hermanos, estamos implicados en la dinámica del Amor. Hemos de hacer presente el Amor de Dios a los hermanos, en especial a los más frágiles, los más necesitados.

Con la Eucaristía llegó el final del Retiro. En ella, en la presencia de Cristo resucitado, dimos gracias al Padre por su Amor y pedimos al Espíritu la fuerza y la alegría para llevar a cabo la misión a la que hemos sido llamados, en la Iglesia y en el mundo.

Montserrat Martínez

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *