El candidato al orden sagrado, casado y viudo, transitó su itinerario formativo en la Escuela de Ministerios y Diaconado Permanente surgida por disposición del arzobispo emérito, monseñor Mario Luis Bautista Maulión, y continuada con la aprobación del actual arzobispo.
En el proceso de maduración de la vocación, los candidatos reciben los ministerios del lectorado y del acolitado, también disponibles para laicos. Más tarde, cuando se hace más firme su decisión de recibir el orden sagrado y su formación humana, espiritual, intelectual y pastoral ya es madura, reciben la admisión al diaconado.
Cuando Gómez recibió el ministerio del acolitado, monseñor Puiggari calificó este hecho como “una novedad” y “una riqueza” para la Iglesia arquidiocesana