La Iglesia en España celebra de manera conjunta dos Jornadas Vocacionales

La Iglesia en España celebra de manera conjunta la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y la Jornada de Vocaciones Nativas con el lema, ¡Qué bueno caminar contigo! El calendario hace que este año coincidan: la primera se celebra anualmente el IV Domingo de Pascua, este año el 26 de abril, y la Jornada y colecta de las Vocaciones Nativas tiene asignado el último domingo de abril, que este año es también el día 26.

Con este motivo, la Comisión Episcopal de Seminarios y Universidades de la Conferencia Episcopal Española (CEE), el equipo de Pastoral Vocacional Juvenil de la Conferencia Española de Religiosos (CONFER) y las Obras Misionales Pontificias (OMP) han organizado actos conjuntos protagonizados por personas consagradas de nuestro país y nativas, que se pueden consultar en la web de la Conferencia Episcopal Española –http://www.conferenciaepiscopal.es/-. 

Dos jornadas con historia

La Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones fue instituida por el Papa Pablo VI en el año 1964. Se celebra anualmente el IV Domingo de Pascua, en el que la Iglesia celebra el día del «Buen Pastor». Es una ocasión para recordar a los hombres y mujeres que viven su vocación como consagrados desde: los ministerios ordenados (presbiterado y diaconado); a la vida consagrada en todas sus formas (masculina y femenina, contemplativa y apostólica); y a las sociedades de vida apostólica y a los institutos seculares.

La historia de la Jornada de Vocaciones Nativas comienza en Francia. Estefanía y Juana Bigard, madre e hija, leyeron en 1889 una carta del obispo francés de Nagasaki, en la que contaba que los cristianos japoneses, por temor a la persecución, tenían miedo de acercarse a los misioneros extranjeros, lo que no ocurriría si los sacerdotes fueran naturales de su mismo país. Las dos laicas francesas comienzan una gran actividad para implicar a la Iglesia en el sostenimiento de las vocaciones en los Territorios de Misión. El Papa Pío XI asumió esta iniciativa privada como suya y de toda la Iglesia, y en 1922, le dio el carácter de «pontificia».

Es una Jornada dedicada a la oración y la cooperación económica con los jóvenes que son llamados a la vocación sacerdotal o religiosa en los Territorios de Misión. Ellos y ellas son la muestra de que el Evangelio ha arraigado plenamente en una cultura y tiene sus frutos propios.

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