La formación de la esposa del diácono permanente

En la Arquidiócesis de Bogotá

 

Página oficial de la Arquidiócesis de Bogotá

 

Dimensión humana: La esposa del aspirante, candidato o diacono permanente tiene que tener unas cualidades humanas y unas virtudes cristianas que permitan asumir en su propia vida las gracias y las bendiciones desde el ministerio de su esposo como diacono permanente. Se ha de cultivar la:

 

Dimensión vida humana-conyugal de la esposa desde los siguientes elementos:


1. Colocar al servicio de su esposo los valores humanos que posee y cultiva desde la prudencia, la paciencia, la sencillez en el trato y en el corazón, la fidelidad que va unida a su entrega como esposa en unidad e indisolubilidad.

2. Su formación humana, sólida y abierta a dar testimonio de ella con coherencia entre el obrar y el pensar, rectitud y transparencia de las acciones.

3. Con capacidad de liderazgo como mujer, esposa, madre y amiga para que pueda integrarse en el ámbito social, cultural, religioso y eclesial, en la parroquia, en las pequeñas comunidades y en acciones de crecimiento y cultivo humano.

4. Adquirir discreción, capacidad de escucha, valentía para imprimir en su entorno las convicciones personales, abiertas al diálogo con personas que piensan distinto.

5. Tener buena fama en su hogar y fuera de él. A fin de lograr una armonía entre los propios, esposo e hijos, y los amigos y fieles de la comunidad.

6. Abrirse a la integración social y cultura, animada por la lúdica en la escuela de formación para hacer de estos espacios crecimiento continuo de nuevas amistades.

7. Crecer en la solidaridad, justicia y caridad con quienes la rodean a fin de dar muestras de una mujer creyente y comprometida.

8. Ser madre solicita, educadora de sus hijos, entregada a esta tarea, y supliendo aquellos momentos donde hay ausencia del esposo diácono por que realiza acciones de ministerio y de servicio a los pobres.


Dimensión espiritual:


1. Formada en una sólida vida cristiana, practicante de los sacramentos y de la Eucaristía.

2. Con una vida de oración que permita crecer y compartirla desde la Palabra, y con la piedad que le es propia cultivando la devoción para sí y participándola con otros.

3. Que tenga a María la madre de Jesús, la Siempre virgen como modelo y paradigma de su vida de fe, que aprenda de la santísima Virgen la capacidad del silencio, la escucha, y la obediencia para hacer la voluntad de Dios en su existencia.

4. Que tenga unas opciones fundamentales y un proceso espiritual que le permita crecer y fortalecer la dimensión matrimonial y ser apoyo eficaz para la vida y ministerio de su esposo diácono.

5. Que su proyecto espiritual desde el sacramento del matrimonio que los ha unido en una sola carne, también, pueda recibir las gracias espirituales que brotan del ministerio diaconal de su esposo.

6. Que tenga la espiritualidad del Siervo, para que descubra que la diaconía de su esposo, es una presencia viva de Jesús en medio de los más pobres y necesitados.

7. Que sea cada día más consciente que la vocación de su esposo y el ministerio de él como diáconos, enriquecen y engrandecen la vocación conyugal que los une en el amor reciproco.

8. Descubrir en la Eucaristía diaria, o semanal, el alimento que permite crecer y descubrir a Cristo el señor a quien su esposo con fidelidad ministerial tiene que servir.

9. Debe participar de los talleres espirituales una vez al mes, de igual manera a la formación espiritual que se hace a los candidatos y diáconos.

10. Asistir a los retiros espirituales señalados en el tiempo de formación para los esposos, puede compartir son su esposo la liturgia de las horas y además animarse a hacer la Lectio Divina en pareja y en familia.


Dimensión Académica:


1. La formación intelectual de la esposa y su profesión colocarla al servicio de su esposo diácono, acompañándole y asistiéndole en su proceso formativo en las ciencias eclesiásticas.

2. La esposa esta llamada a formarse en el proceso académico de su esposo, ya sea participando de todas las clases, y con las responsabilidades generales de la escuela, presentando exámenes y trabajos de investigación. Ya sea, asistiendo a las clases, sin las responsabilidades anteriores, o sencillamente escogiendo unas materias dentro del pensum que desee cursar. Le obliga a la esposa por lo menos una mañana al mes, asistir a la escuela para la formación académica que ayuda a adquirir un lenguaje, unos estudios que serán de dialogo y de crecimiento y de aporte a la formación de su esposo diacono.

3. Intercambiar con su esposo que esta vocacionado a un ministerio, la doctrina cristiana, conocer las ciencias teológicas y afines para que el diálogo tenga un marco conceptual común y conocido.

4. Poner su profesión para relacionar los estudios y las ciencias del conocimiento en un marco más amplio que sea diálogo con el mundo y con las culturas.

5. Los hijos integrarlos al estudio de su padre, ayudándole a la investigación de los temas, ofreciéndole herramientas modernas de medios para que pueda presentar trabajos, tesis, investigaciones con apoyo de todos.

Dimensión Pastoral:


1. Esta dimensión no es solamente del esposo, la esposa hace presencia, se prepara para asistir, acompañar, compartir el trabajo y ministerio diaconal.

2. Puede formarse como catequista, ministra de la comunión, ministerio de música, de alabanza, de animadora de los grupos de oración, de atención y consejería matrimonial, conferencista en cursillos para los sacramentos de la iniciación cristiana, escuela de padres, taller de padres, que le permitan hacer una pastoral con compromiso misionero en su parroquia, en instituciones o en ámbitos zonales y diocesanos.

3. La presencia de la esposa en el apostolado hace ver la familia comprometida con la vocación, vida y ministerio del diácono permanente., que produce frutos para la vida del mundo en la caridad.

4. La presencia de la esposa del diacono permanente en las prácticas apostólicas, de las pastorales: salud, penitenciaria, educativa, movilidad, y con pastorales de alto impacto con prostitutas, y habitantes de la calle, darán un aliento y un estimulo al apostolado de su esposo.

5. Toda presencia de la esposa, en la vida de la parroquia, será un testimonio permanente y continuo entre los fieles y ayudará a madurar en otros la fe y el compromiso cristiano.

 

LA ESPOSA DEL DIACONO EN LA VIUDEZ:


1. Capaz de suplir la ausencia del esposo en la familia, entre los hijos y los demás miembros.

2. Sentir la solidaridad y el apoyo en la justicia y en la caridad, una red de apoyo, humano, social y económico.

3. No perder la vinculación con las familias diaconales, con las cuales ha hecho un proceso formativo y que ha ayudado a asumir la condición de esposa del diácono.

4. Seguir dando testimonio de su fe, y de las bendiciones que deja el marido diácono difunto.

 

Fuente: Arquidiócesis de Bogotá

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