La Diócesis de Avellaneda-Lanús tiene tres nuevos diáconos permanentes

Avellaneda, Buenos Aires, Argentina, 17 de marzo de 2015

La diócesis de Avellaneda-Lanús cuenta con tres nuevos diáconos permanentes luego de que el obispo diocesano, monseñor Rubén Frassia, impuso las manos sobre Carlos Alberto Madueño, Gabriel Alejandro Ricasoli y Enrique César Moreno, en una misa celebrada en la catedral el sábado 14 de marzo.
En su homilía, monseñor Frassia sostuvo que un consagrado debe tener bien claro que todo depende de Dios, y que todo lo que tiene que hacer en su vida será siempre en nombre de Dios, para que ninguno llegue a pensar que es obra propia. También los exhortó a ser hombres creyentes, que anuncien con fuerza que Cristo está vivo.

El obispo también afirmó que el llamado al diac

onado permanente “es seguir a Jesús más de cerca y servir más, amar más, ser más responsable, más transparente, más coherente y vivir intensamente el amor de Dios”. También los invitó a no escandalizar a nadie, ni hacer perder a otros hermanos o que alguien se pelee con Cristo; porque siempre “quien paga los platos rotos es la Iglesia y es Cristo”.

Monseñor Frassia también hizo un llamado a conciliar la vocación matrimonial y familiar con el servicio del diaconado, y les pidió ser buenos esposos, padres y ministros.

“En la Iglesia tendrán que trabajar y servir en nombre del Señor en las realidades que el obispo les indique; tendrán que dar frutos allí donde los pongan; trabajen en este mundo tan difícil, tan complejo, tan triste, háganlo con creatividad y con alegría”, les recomendó.

“La Iglesia los acompaña, sigan a la Iglesia, amen a la Iglesia, porque en ella está Cristo, el Espíritu de Dios. Sirvan a toda la comunidad, a los que están cerca, a los que están lejos, a todos”, insistió el obispo.

Los diáconos

Carlos Madueño que está casado hace 42 años, tiene dos hijos y dos nietos. Dedica su vida a hacer planos para la industria. Junto con Graciela, su esposa, hizo un retiro para matrimonios del Movimiento Encuentro Matrimonial y desde entonces se comprometió en el servicio en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, de Dock Sud.

Gabriel Ricasoli está casado hace 20 años y tiene tres hijos. Su vida de fe se afianzó con el fallecimiento de una de sus hijas, Mirela. Entonces sintió “un fuerte llamado de Dios” a servirlo. “En pocas palabras, cuando cerraron los ojos del cuerpo de mi hija, Dios abría los míos del alma”, sintetizó.

Enrique Moreno tiene 56 años, está casado y tiene cinco hijos. Su vida de fe “despertó” en la misa del domingo de Pascua de 1977, presidida por el padre Benigno Roldán, a quien destacó como un guía espiritual.

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